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PAUL GAUGUIN: “Retrato de Van Gogh pintando girasoles”, 1888
Los cambios de residencia de Van Gogh, permitieron al artista el contacto con la obra de grandes pintores a través de museos y galerías de arte. A los 16 años empieza a trabajar como aprendiz en la filial de la Haya de la galería de Arte parisina, Goupil una sociedad de comerciantes de arte fundada por su tío Vincent. Allí conoce las obras de la Escuela de Barbizon y se interesa de un modo especial por la pintura de Millet que recreará de un modo casi obsesivo.
Los Países Bajos le acercan a los pintores holandeses contemporáneos de la Escuela de la Haya. En 1873 va a trabajar a Londres, a la sucursal de la galería Goupil. Allí admira la obra de Turner y Constable; y de nuevo su trabajo le lleva a París. En 1886 se reunió con su hermano en París; allí, en la capital artística de Europa, el contacto con el impresionismo reorientó visiblemente su estilo. Se relacionó con los impresionistas y postimpresionistas en la tienda de colores del "père Tanguy" y descubrió el arte japonés. Su hermano le presentó a Camille Pissarro, Georges Seurat y Paul Gauguin; conoce
también a Toulouse-Lautrec y Émile Bernard,
y en ese nuevo ambiente comienza a definir su pintura. Su paleta se vuelve
clara y colorista y sus composiciones menos tradicionales, dando forma a su
personal visión del postimpresionismo. Comienza a experimentar con el uso
arbitrario del color para lograr mayor expresividad.
El primer gran encuentro
con Millet fue en 1875 en París,
en la exposición de 95 dibujos y pasteles pertenecientes a uno de los mecenas
de Millet. Se trataba de la primera gran exposición antológica del
pintor tras su muerte. Tras la visita a la exposición Van Gogh
describe la impresión que le causó: “Sentí
algo así como: “Quitaos vuestras sandalias, pues estáis pisando tierra santa”
Van Gogh ahondó en su
conocimiento de la obra de Millet, a partir de grabados que empezó a
coleccionar con ayuda de su hermano Theo.
Desde el punto de vista de su trayectoria técnica, Van Gogh se sirvió de Millet para aprender a dominar
el dibujo. En él encontró estudios para ir adquiriendo el dominio de la línea
de los contornos.
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“... Ahora estando enfermo, trato de hacer algo para consolarme, para mi propio placer. Como motivo, pongo frente a mí el blanco y negro de Delacroix o de Millet o según ellos. Y luego improviso el color por encima, pero por supuesto no siendo yo mismo, totalmente sino buscando recuerdos de sus cuadros, pero el recuerdo, la vaga consonancia de colores que están dentro del sentimiento es una interpretación mía. Un montón de gente no copia, un montón de otros copian, yo me puse a hacerlo por casualidad, y me parece que eso enseña y, sobre todo, a veces consuela. Entonces mi pincel se desliza entre mis dedos como un arco sobre el violín, y absolutamente para mi placer..” VAN GOGH
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VAN GOGH: La resurrección de Lázaro", 1890 |
En su estancia en Paris,
entre 1886-1888, descubrió de la mano de los impresionistas las posibilidades
del color, y del color contrastado como lo llamaba él. Estudió a conciencia el
recurso del color, lentamente, meditando las lecciones de DELACROIX, al que
nunca dejó de tener como referencia, la luz de REMBRANDT y las posibilidades de
una paleta que permitiera enfrentarse a dos colores contrarios sin mezclarlos
para lograr efectos cromáticos desconocidos, totalmente personales.
«Y no me extrañaría mucho que dentro de un tiempo los impresionistas se pusieran a criticar mi manera de trabajar, más bien fecundada por las ideas de Delacroix que por las suyas. Pues en lugar de reproducir con exactitud lo que tengo delante de los ojos, prefiero servirme arbitrariamente del color para expresarme con más fuerza.» VINCENT VAN GOGH
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¿Por qué consideró imprescindible Eugène Delacroix, el colorista más grande de todos, el marcharse
al Sure incluso llegarse
también hasta Africa? Sin duda porque allí -y no sólo en Africa, sino ya desde Arles- en la misma naturaleza
se encuentran los más bellos contrastes de
rojo y verde, azul y naranja, azufre
y lila.”
VINCENT VAN
GOGH
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