viernes, 20 de julio de 2018

LA FASCINACIÓN DEL ARTE POR LA VELOCIDAD: EL FERROCARRIL II


El siglo XIX contempló la aparición y el desarrollo de las máquinas, de la arquitectura del hierro que transformaría el mundo. Los artistas, grandes observadores de la realidad, perciben con fuerza el progreso y los cambios que el ser humano va a experimentar y comienzan a inmortalizar, en sus obras, las sensaciones visuales y psicológicas que aparecen unidas a los avances tecnológicos.
En el siglo XIX el arte también tuvo su revolución.  Se va alejando del academicismo del siglo XVIII y comienza a abrir nuevos caminos que alteran las formas y las técnicas utilizadas hasta el momento. Surgen diversos movimientos artísticos no siempre bien recibidos por la crítica de arte. Todos ellos hicieron al ferrocarril objeto de interés. 



El ferrocarril jugó un papel importante en la aparición del movimiento impresionista interesado por captar imágenes fugaces.
El escritor Henri Vincenot destaca la importancia del ferrocarril en la obra de Camille Corot"En el momento en que este gran caminante abandona la diligencia para tomar el ferrocarril su pintura se modifica y sus paisajes se emancipan. “Ya no serán puntos de vista pintorescos ofrecidos al viajero detenido, sino "partes del campo tomadas por un caminante que camina ". 
El pintor Johan Barthold Jongkind, igual que Corot, evoca de manera similar la influencia decisiva del ferrocarril en su estilo pictórico: "En el contexto de la ventana del vagón vi, a la velocidad de un flash, más de mil pinturas sucesivas, pero solo las vi, rápidamente borradas por las siguientes y, a mi regreso, las volví a ver pero con una luz diferente y eran diferentes. Y me di cuenta de que esta era la manera de pintar: solo recordaba la mayor parte de la luz sorprendida en un segundo en diferentes momentos. La impresión fugitiva en la retina es suficiente. Todo lo demás es inútil." 
“Les fleurs ne sont plus des fleurs, ce sont des taches ou plutôt des raies rouges ou blanchesVICTOR HUGO 
CLAUDE MONET: "La llegada del tren de Normandía a la estación de Saint-Lazare", 1877

Uno de los maestros del IMPRESIONISMO, Monet. pintó, en 1877, una serie de doce telas de "La estación de Saint-Lazare" en la que muestra los cambios que experimentaba  el entorno a lo largo del día, ese ambiente en que el humo del vapor variaba en función de la luz del amanecer, del mediodía, cenital... 
Tras haber dedicado una parte importante de su obra a la representación del paisaje, la temática del progreso técnico centrará su interés. Es la época   en que se transforma el urbanismo de París con Haussman
La estación Saint-Lazare fue ampliada con vidrio y acero por el ingeniero Eugène Flachat que realizó el Pont de l'Europe sobre la estación, cuya imagen inmortalizó el pintor Gustave Caillebotte.


Los artistas que iniciaron el movimiento postimpresionista compartieron con sus predecesores la época de la revolución de los transportes y el interés por mostrarlos a través de su obra. Dejaron atrás las impresiones fugaces de los impresionistas y centraron su atención en otros aspectos como el color, la luz y las formas.  
Frente al predominio de la sensación visual, de la "impresión" que caracterizó al movimiento impresionista, los postimpresionistas se interesan más por las sensaciones táctiles, formales, consistentes, se desligan del arte sensorial y transitorio de los impresionistas. serán los precursores de los primeros movimientos vanguardistas del siglo XX.

Van Gogh se interesa por el paisaje, un paisaje humanizado en el que une la naturaleza y la actividad humana. Utiliza colores puros con gran carga  emotiva.

Fue un movimiento artístico de vanguardia que se originó en Italia a principios del siglo xx y que intenta romper con los valores estéticos del pasado reivindicando el futuro y con él la era de la técnica moderna, la velocidad, la violencia y las máquinas.


"Nosotros afirmamos que la magnificencia del mundo se ha enriquecido de una belleza nueva: la belleza de la velocidad. (...) "Los objetos en movimiento se multiplican y se distorsionan como vibraciones a través del espacio."
MARINETTI: "Manifiesto del futurismo", 1909


FORTUNATO DEPERO; "Tren partorito del sol", 1924




PIERRE ROY: "Le Cabinet du naturaliste", 1928


ALEXANDER DEYNEKA: "Donbass",1947



El pintor estadounidense EDWARD HOPPER fue uno de los principales representantes del realismo del siglo XX.  El tratamiento cinematográfico de las escenas y el personal empleo de la luz son los principales elementos diferenciadores de su pintura. Aunque pintó algunos paisajes y escenas al aire libre, la mayoría de sus temas pictóricos representan lugares públicos, como bares, moteles, hoteles, estaciones, trenes, todos ellos prácticamente vacíos para subrayar la soledad del personaje representado. Acentúa el efecto dramático por medio de fuertes contrastes de luces y sombras y la escenografía en que sitúa a sus personajes. Su obra se caracteriza en su conjunto por representación de la realidad cotidiana y por la perfecta captación de la soledad del hombre contemporáneo. A través de su pintura nos acercamos a la América de la Gran Depresión, que para él simbolizaba la crisis de la vida moderna.
EDWARD HOPPER: “Chair Car”, 1965