lunes, 22 de junio de 2009

ARTE Y DEPORTE III: ETRURIA Y ROMA

 
El pueblo etrusco se asentó en la actual región italiana de Toscana, pero con el tiempo llegó a abarcar, entre los siglos VIII y III a.C., gran parte de Italia. Etruria comprendía la región situada entre el Arno y el Tíber, en la península Itálica.
Existen diferentes hipótesis en torno a su origen, se les considera procedentes de Lidia, en Asia Menor, o bien fruto de la rápida evolución de una población protoitálica autóctona.
El arte etrusco es heredero del mundo helénico e influirá en el arte romano.
La civilización etrusca precedió en el tiempo al Imperio romano, constituyendo una de las civilizaciones más significativas e importantes para la historia del Mediterráneo.
"LUDI SACRI"
El primer texto que nos relata el origen de ciertos juegos etruscos procede de Heródoto. En él se hace referencia a los "ludi sacri", juegos gimnásticos y juegos ecuestres, que parecen una constante en las representaciones etruscas. Se celebraban con ocasión de las asambleas anuales. Esta periodicidad y la elevada profesionalidad lograda por los atletas, hacen suponer, a pesar de la ausencia de restos arquitectónicos, que debió de existir una adecuada infraestructura para la realización de actividades deportivas. Tal hipótesis encuentra su fundamento en el fresco de Tarquinia donde aparecen tribunas cubiertas para espectadores. Una importante serie de pinturas de las tumbas etruscas se refiere a juegos y espectáculos. La influencia griega es patente.
EL RITUAL FUNERARIO
Los juegos gimnásticos estaban ligados también a los ritos en honor de los difuntos. El ritual funerario etrusco era muy importante. En él encontramos practicas como la exposición del cadáver, procesiones y banquetes que culminaban con la celebración de unos juegos fúnebres.
Sus tumbas, el ajuar y la decoración nos informan de unos gustos y costumbres propios de la aristocracia. Resulta singular la representación de imágenes festivas, tales como danzas o escenas circenses, que curiosamente corresponden a los banquetes funerarios en los que los familiares rendían homenaje a los difuntos.


En las pinturas de la tumba de los Augures en Tarquinia, se representan escenas de lucha celebrada con ocasión del sepelio del difunto en ella enterrado. El artista abandonó el mundo del mito y se inspiró en escenas tomadas del mundo real.

En una escena dos púgiles desnudos y colocados de perfil combaten en lucha libre cogidos por las muñecas, entre tres grandes calderos superpuestos. La técnica empleada es el fresco, pintándose sobre el estuco con dibujos subrayados a punzón. Similares a estos grandes juegos aparecen otros vinculados a las ceremonias funerarias. La muerte de un miembro de la aristocracia era la ocasión propicia para ofrecer al difunto una serie de actividades que rompían la monotonía de la vida cotidiana. En su honor se celebraban banquetes y se preparaban competiciones deportivas, la carrera, el salto, los lanzamientos, las luchas, la hípica, salto con pértiga, aparecen recogidos en la iconografía sepulcral.
En el año 509 los etruscos fueron expulsados de Roma. Según la tradición, el último rey romano de origen etrusco, Tarquino el Soberbio, fue exiliado tras una revuelta de la nobleza. Con este acontecimiento terminaba la Monarquía en Roma para dar paso a la República y comenzaba el declive de la civilización etrusca. Hay gran diferencia entre los griegos y los romanos con respecto a la actividad deportiva. Para los griegos lo importante es la competición; los romanos conciben el ejercicio físico como juego, diversión, lo que imprime carácter a su realidad deportiva. En Roma no hay deporte en sentido estricto. Domina el espíritu de exhibición, más que de competición. Aún así, existe un objetivo : triunfar es sinónimo de destacar, de hacerse notar. El fundamento del deporte griego es el atletismo puro, la palestra y el estadio; la juventud romana preferirá siempre el circo y el anfiteatro. Para unos es la lucha entre dos o más individuos la que está en el centro y es la motivación de la actividad gimnástica o hípica; para otros es el placer y la satisfacción que proporciona la lucha pero no a los atletas mismos, sino a los que miran, a los espectadores. En Roma, lo fundamental es el espectáculo, de ahí el escaso interés por los deportes “más griegos”, que no tienen ese impacto inmediato. Esto explica el enorme desarrollo alcanzado por los combates de gladiadores en detrimento de otros deportes mas clásicos pero menos aptos para satisfacer ciertos gustos de la masa. Celebrados a la vez delante de los dioses y delante de los hombres, los juegos constituyen un espacio cómodo donde se inscriben las formas particulares de la relación de los hombres con el mundo. Los combates de gladiadores fueron un componente esencial de la vida romana. Se anunciaban previamente en las paredes de las casas, de los edificios públicos y en los sepulcros que se levantaban a la entrada de las ciudades, indicándose la ocasión del combate, el nombre del patrocinador, los que iban a luchar, el nombre de la ciudad donde se iba a celebrar y la fecha. A estas especificaciones solían añadirse otras como la hora, si se iba a extender el toldo para quitar el sol, o si habría otro tipo de diversiones como "venationes", cazas de animales. Al empezar el espectáculo, los gladiadores desfilaban dando una vuelta al circo o al anfiteatro, ataviados con sus armas y distintivos, y al llegar a la tribuna del emperador le dirigían el fatídico saludo: "Ave, Caesar, moríturí te salutant" y dirigiéndose hacia el promotor de las fiestas le presentaban las armas para que las examinase.
Para la celebración de estos espectáculos los romanos construyeron diversas edificaciones. Toda ciudad de cierta importancia acabó por tener un anfiteatro, llegando a aparecer este edificio como uno de los símbolos de la romanización. El Coliseo de Roma es uno de los ejemplos más significativos. El Coliseo fue sede de los juegos desde su inauguración en el año 80 hasta el 523, período en el que el pueblo romano disfrutó con los cuatro tipos de competiciones: las batallas navales, las luchas entre gladiadores, la caza de fieras por parte de gladiadores y aquellas en que los condenados a muerte eran ofrecidos a las fieras. Carreras de cuádrigas Cada carrera consistía en siete vueltas en torno a la espina del circo. La victoria no dependía sólo de la velocidad, sino también de la estratagema de los cocheros, que solían zigzagear para cortar el paso a los que seguían. La vuelta trágica era la séptima. El girar sobre la meta lo más rápidamente que se pudiera y el lanzarse luego en el espacio recto hasta la línea del fondo.
Las carreras se realizaban en el estadio y también en el circo. La Carrera de Aúrigas, iba precedida por desfiles de músicos y artistas, exhibiciones de animales exóticos y números de habilidad en los que avezados jinetes desafiaban a la suerte saltando entre cabalgaduras al galope, simulando cargas de caballería o simplemente, intentando coger objetos o pañuelos del cuerpo de voluntarios... que no dejaban de mirar de reojo a las cabalgaduras. Pero por lo que se pagaba la entrada era por la carrera; en ella, bigas, trigas, cuádrigas o incluso decumiuges (una extraña visión de un tiro pero compuesto por diez caballos y, por ello, prácticamente ingobernable) luchaban por imponerse en un escenario irrespirable a causa de la multitud, el polvo, la presión... y la posibilidad de una caída que en la mayoría de los casos era fatal. Cada valiente pertenecía a una cuadra concreta, que se identificaban con un color representativo y por la que los espectadores tomaban partido inmediatamente, ondeando pañuelos y chales del correspondiente color y coreando, a gritos, tanto el nombre del conductor como el de la cabalgadura. Unos y otros llegaban a ser considerados poco menos que Dios reencarnados.

Directamente derivado del tipo griego, el estadio de Domiciano en Roma, constituye el único ejemplo de estadio con gradas de albañilería hasta ahora conocido fuera de Grecia y del mundo oriental. Esta ausencia de estadios pudo ser debida al poco interés que los juegos atléticos despertaron entre los romanos. En ocasiones excepcionales, cuando se quisieron celebrar este tipo de juegos se edificaron estadios en madera que se desmontaban después de su utilización. La Plaza Navona es un ejemplo excepcional de la supervivencia topográfica del Estadio: las casas se fueron edificando sobre los restos de la cavea, conservándose la torna y las dimensiones del antiguo estadio y quedando libre de construcciones todo el área de la pista.

El circo, cuya forma parece que deriva del hipódromo griego, era el espacio destinado a las carreras de caballos, aunque antes de la construcción del anfiteatro, albergó también los combates de gladiadores y las cacerías.

Pruebas del péntatlon: la carrera del estadio, el salto de longitud, el lanzamiento de disco, el de jabalina y la lucha.
Naumaquias
Con esta palabra griega se designaba un especial modo de enfrentamiento deportivo consistente en un combate naval en miniatura representado para divertimento del pueblo. Eran realizados sobre la arena del anfiteatro inundado o en determinados lugares que por su situación presentaban condiciones favorables para el espectáculo acuático. Como los juegos circenses y luchas gladiatorias, revistieron cada vez mayor esplendor, siendo también más admirados por el público. La primera naumaquia que se conoce fue construida por Augusto en el actual barrio Trastévere, al lado del Tiber.Rara vez se representó en el mar, normalmente se preparaba una laguna artificial o se aprovechaba un lago natural, para que los espectadores pudiesen contemplar cómodamente las peripecias del combate.
LAS OLIMPIADAS COMO ESCENOGRAFÍA DEL PODERUna sociedad teocéntrica como la romana no desaprovecha la oportunidad cuando se trata de hacer propaganda del poder imperial. Si tenemos en cuenta que, los juegos organizados por los magistrados constituían una parte del aparato ideológico, a partir del momento en que los juegos plebeyos pasan a ser anuales, pueden ser interpretados también como parte de ese mismo aparato y, en tanto que tal, pasan a encontrarse en el centro de los antagonismos que enfrentan a la plebe y a los patricios, en lucha por el control del poder político, por la hegemonía.
La concepción romana del deporte como espectáculo hace que las autoridades incluyan dentro del programa olímpico alguna de las brutales especialidades de los Juegos circenses. Por otra parte, el intento por parte de algunos emperadores de servirse de las Olimpiadas como escaparate para la exaltación de su poder terminó por quitar el poco crédito que les quedaba a este tipo de celebraciones.DECLIVE DE LAS OLIMPIADAS EN LA ANTIGÜEDAD
La progresiva degradación de las Olimpiadas se hace patente durante el imperio Romano y terminará por provocar la desaparición de este tipo de celebraciones. El sentido original del deporte fue perdiéndose, los griegos competían solo por la gloria, ese carácter "deportivo" desaparece y los Juegos Olímpicos empiezan a comercializarse, cargándose de agresividad y brutalidad que no respondía al espíritu religioso de los comienzos.En el año 394 (d.C.) el Emperador Teodósio promulga un edicto para que los Juegos desaparezcan definitivamente.
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lunes, 1 de junio de 2009

ARTE Y DEPORTE II: GRECIA













El arte y el deporte nunca estuvieron tan ligados como en tiempos de la Antigua Grecia. La cercanía entre ambas disciplinas queda patente en la naturaleza de los Juegos Olímpicos, celebraciones de los logros deportivos y artísticos. Las olimpíadas antiguas constituyen un fenómeno histórico y social del cual el arte griego ha dejado un gran testimonio.Inicialmente el deporte fue el centro de los rituales funerarios. Poco a poco se institucionalizó y se convirtió en una actividad vinculada a las ceremonias religiosas en honor a los dioses olímpicos y al espíritu competitivo del hombre griego.
A las competiciones que un principio fueron gimnásticas e hípicas se unirán, más tarde, las poéticas y artísticas.
A través de la escultura, la pintura y la cerámica se pueden documentar no sólo la mitología que impregnaba la vida griega, sino todas las modalidades de la actividad deportiva.

Es realmente en Grecia donde nace el concepto de “deporte moderno” como realización de ejercicio físico de forma plenamente reglada. Su aparición probablemente esté muy relacionada al despertar mismo de la humanidad en la medida en que el hombre tomó conciencia de su capacidad para aprender y que el contacto directo con el entorno generaba destrezas y habilidades que le llevaban a obtener dominio sobre lo que le rodeaba. Existen además otros factores que propiciaron el desarrollo de la actividad física: los cambios climáticos, la escasez y búsqueda de alimentos así como la constante necesidad de protegerse de las amenazas. El hombre se dio cuenta de que los medios para enfrentarse a esas adversidades eran su razón y su fuerza física; y que para mantenerse en pie sobre la tierra debía estar con la mente despierta y con la capacidad física para sortear cualquier situación material adversa. Hay que tener en cuenta las características del espacio geográfico griego, poco propicias para la agricultura, con valles estrechos y fuerte sequía. Los griegos tenían que superar el medio hostil.
Es probable que haya tenido una influencia notable en la aparición del deporte, el espíritu competitivo tan frecuente en el ser humano.
En la cultura helénica surge la preocupación del desarrollo físico integral como medio para buscar el ideal de perfección física y moral.

La caza era una actividad física habitual. En ella se utilizaba el arco y la jabalina. El gusto de la nobleza para la que canta Homero por ese ejercicio, donde se sometía a prueba la destreza en el manejo de las armas, la resistencia a la fatiga y la sangre fría en el peligro, se pone de manifiesto en las numerosas comparaciones de la epopeya sobre temas cinegéticos.

En su inicio las competiciones deportivas son un despliegue de energía y fuerza para honrar a quien ha perdido su fuerza y su energía.En origen los juegos eran rituales que se celebraban en honor de los personajes importantes. La descripción más antigua que se conserva de estas competiciones fúnebres se lee en la Ilíada de Homero, canto XXIII, en el que el poeta, en torno al año 700 a.C., describe los juegos organizados por Aquiles en honor de su amigo Patroclo. Estos juegos se datarían hacia el 1225 a.C., fecha de la caída de Troya, aunque la Ilíada se compuso sobre el año 700 a.C. Los juegos que organizó Aquiles eran:
Carreras de bigas, con distintos premios, una mujer experta en labores, una yegua de seis años preñada, un caldero, dos talentos de oro y una urna. De entre todas las actividades deportivas, esta carrera era la más importante y más noble de todas ellas sin ninguna duda y a cuya descripción dedica Homero más de cuatrocientos versos.
El pugilato, con los premios de una mula de seis años y una copa de doble asa.
La modalidad de lucha libre con objeto de tumbar al adversario, con dos premios, un gran trípode, que valía doce bueyes y una mujer, tasada en cuatro.
Carrera de velocidad, con los premios de una crátera labrada por los fenicios y un buey. Lucha de guerreros, con los premios de una pica, un broquel y un yelmo.
Lanzamiento de un bloque de hierro, y tiro al arco con el premio de un trozo de hierro, diez hachas de doble filo y otras tantas de filo sencillo.
Y el lanzamiento de jabalina, con premio de una pica y un caldero del valor de un buey. Los atletas ceñían su cintura con una cinta.
LAS TUMBAS: CONTINUACIÓN DEL RITUAL
La decoración de la tapadera de la cista de piedra de la Tumba del zambullidor constituye uno de los grandes enigmas de interpretación del mundo arqueológico de la Magna Grecia.
El joven se lanza a un estanque de agua, quizá el mar, por las olas que lo surcan. Se arroja desde un trampolín artificial situado en un entorno natural, mínimamente esbozado.
La interpretación más clásica afirma que es una escena de purificación. El nadador se lanza. En el más allá se representa a si mismo en la reencarnación de un deportista. Se ha pensado que este nadador podría representar a un deportista difunto.La mayor parte de las interpretaciones están de acuerdo en afirmar que la zambullida es una metáfora del viaje hacia lo desconocido, la presencia del agua le añade un matiz purificador, que se une a aspectos religiosos y místicos relacionados con la eterna reencarnación del alma de la filosofía de Pitágoras

Según la tradición legendaria, los Juegos Olímpicos serían, en principio, nada más que juegos fúnebres, celebrados junto a las tumbas de los antiguos héroes.
Más tarde estas honras fúnebres se convierten en fiestas religiosas, culturales y deportivas celebradas en la antigua Grecia en honor de Zeus, rey y padre de los dioses y mortales
: Los antiguos Juegos Olímpicos. Recibieron ese nombre por celebrarse dentro del complejo religioso de Olimpia, en el Peloponeso. La vinculación de los Juegos Olímpicos con la religión politeísta griega es muy fuerte.Se convocaban cada cuatro años y se celebraban en el mes de agosto.
En ellos participaban los atletas, que debían ser ciudadanos, sólo hombres, y se entrenaban durante años en los gimnasios. Los atletas participaban desnudos en la competición, cubiertos con una capa de aceite que resaltaba la belleza de sus cuerpos, y sólo los hombres tenían acceso a contemplar las pruebas.
Su historia se inician en el 776 a.C. y se prolongan sin interrupción hasta el 393 d.C.
Casi todas las regiones de Grecia tenían lugar fiestas relacionadas con algún héroe local y puestas bajo la tutela del dios protector de aquél, en las cuales se celebraba una serie de competiciones deportivas. Pero por encima de todas destacaban cuatro, consideradas panhelénicas, puesto que congregaban a representantes de todo el mundo griego: -Los Juegos Píticos: en honor a Apolo en Delfos.
-Los Istmicos: dedicados a Poseidón en Corinto.
-Los Meneos: en homenaje a Hércules en Argólida.
-Los Olímpicos: los más famosos, en homenaje a Zeus en Olimpia.
El valor de los Juegos antiguos fue múltiple: representó una manifestación religiosa de acatamiento a los dioses; contribuyó al desarrollo armónico del cuerpo y de la mente; favoreció la amistad de los pueblos y ciudades y buscó la unidad de los Helenos.
LA TREGUA SAGRADAAl acercarse la fecha de los juegos se proclamaba la tregua sagrada que todas las ciudades debían respetar; esta tregua general y sagrada ponía fin a todos los enfrentamientos militares, preparación de ejércitos, construcción de armas, así como guerras que se estuvieran efectuando en aquel entonces.
Los festivales y la tregua se anunciaban simultáneamente en todas las ciudades por medio de heraldos especiales que, al mismo tiempo, invitaban a participar en los juegos. Los heraldos se trasladaban a los lugares más apartados del mundo griego difundiendo el acontecimiento.

OCASO DE LOS JUEGOS OLÍMPÌCOSLa característica más notable en el atletismo griego es su continuidad, sobrevivirán cuando Grecia pierda su independencia y seguirán existiendo bajo el dominio de Roma.
A mediados del siglo III comienza su decadencia progresiva. Los últimos Juegos Olímpicos se realizaron en el 393. El emperador Teodosio I los prohibió por tildarlos de paganos.
Los griegos daban mucha importancia al ejercicio físico, siendo una de las actividades educativas más importantes. Se les daba una educación integral, en la que se incluían materias para ejercitar tanto el cuerpo como la mente. En el programa había enseñanzas de música, gramática, lectura, aritmética y educación física.Cuando los niños varones griegos libres cumplían doce años ingresaban en la palestra, donde se les enseñaba a desarrollar los músculos y a disciplinar los nervios. A los dieciséis años entraban al gimnasio, donde los griegos realizaban ejercicios físicos y atletismo. Los gimnasios contaban con una pista y lugares de ejercicio al aire libre entre los bosques. A los veinte años los griegos concluían su formación deportiva donde se les entregaban las armas y estaban capacitados para participar en los Juegos Olímpicos.
Con suficiente antelación a los juegos se iniciaba en todas las ciudades la preparación de sus atletas, los que eran sometidos a rigurosos entrenamientos, generalmente bajo la dirección de antiguos competidores, muchas veces triunfadores en Olimpia.
Los atletas participaban desnudos en la competición, cubiertos con una capa de aceite que resaltaba la belleza de sus cuerpos, y sólo los hombres tenían acceso a contemplar las pruebas.

POLICLETO: DORÍFORO
Los juegos ocuparon un lugar muy importante en la vida pública de las ciudades. Los organizaban y presidían sus magistrados que representaban en ellos al estado.
Durante las fiestas se suspendía toda actividad oficial.
Aparte de las competiciones atléticas los Juegos también eran un escaparate cultural, allí se mostraban innovaciones en arquitectura, escultura, poesía y matemáticas. Los griegos no sólo tenían competencias atléticas sino también poéticas, musicales y teatrales, competencias entre trierarcas o comandantes de buques de guerra, competencias de belleza masculina, etc
Los escultores griegos representaban de forma natural todos los músculos y las formas corporales, mostrando toda la energía del movimiento en sus poses.
Se acudía a los Juegos desde los sitios más remotos, eran ocasión de acercamiento entre los Estados Griegos y de treguas de carácter sagrado. Constituían el alma de las relaciones panhelénicas, puesto que equivalían a verdaderas asambleas generales del pueblo griego.
Progresivamente además de las polis de la Grecia continental, aumentó la participación de las múltiples colonias griegas diseminadas por las costas del Mediterráneo. Olimpia se convirtió en una poderosa fuerza, que aglutinó, con la idea de un panhelenismo creciente, a todos los emigrantes griegos dispersos por el mundo helénico.
La participación oficial de las ciudades griegas en las ofrendas y sacrificios y la colaboración de los particulares creaba una sensación de hermandad y surgía el sentimiento de la pertenencia a una estructura socio-política superior al de la polis. Paralelamente el espíritu de competencia, monopolizado tradicionalmente por la nobleza, se extendió al resto de la sociedad, que sin abandonar aun sus raíces religiosas, infundieron en el deporte características más democráticas.
En Grecia Antigua como en otras civilizaciones, la cultura militar y el desarrollo de los deportes se influyeron mutuamente.
En la Antigüedad el deporte recogía un amplio espectro de valores, entre ellos:
- El culto al cuerpo.
- La preparación psicológica para la competición y la guerra.
- El respeto a los Dioses.
Cualquier actividad humana estaba impregnada de sentido religioso. Lo divino es lo que garantiza el orden y la continuidad de los fenómenos, tanto a nivel cosmológico ( el ciclo de las estaciones y de las cosechas) como social y político. Lo sacro invadía toda la esfera humana y el hombre debía asegurarse sus buenas relaciones con la divinidad por medio de ofrendas, ritos propiciatorios, donaciones y libaciones.
Muchos de estos actos eran acontecimientos de gran importancia para la comunidad, que financiaba y celebraba fiestas anuales en honor a los dioses: Los juegos olímpicos, las Panateneas, etc...
Prescindir o abstenerse de cumplir con los dioses de la comunidad no sólo suponía un acto de impiedad contra la divinidad, que podría ser castigado por ésta, sino, lo que es peor, suponía que uno dejaba de ser ciudadano, que uno rompía con los lazos de tradición que mantenía la unidad de la polis encargada de hacer hombres libres.

LOS AGONESEn los Juegos Olímpicos había diferentes competiciones llamadas agones:Los Juegos Olímpicos se dividían en 4 agones:
LOS AGONES ATLÉTICOS, el salto en longitud, lanzamiento de disco y lanzamiento de jabalina.
LOS AGONES LUCTARIOS engloban a los deportes de contacto físico y lucha. El más violento de ellos era el pancracio, lucha libre que en muchas ocasiones concluía con la muerte del deportista derrotado. Una variante de esta lucha libre salvaje y violenta, era la propiamente llamada “lucha”, que consistía en derribar al contendiente pero sin golpearlo, sólo valiéndose del forcejeo. El tercer certamen luctario era el pugilato, deporte que derivó en el boxeo actual.
LOS AGONES HÍPICOS , carreras de caballos y carreras de carros
EL PENTATLÓN, competencia por excelencia de los Juegos. Constaba de 5 certámenes: carrera de velocidad, salto de longitud, lanzamientos de disco y de jabalina y lucha, que eran realizados por un único atleta como prueba combinada.
Además se incluían competencias de heraldos y trompeteros y posteriormente otros certámenes musicales.
Los AGONES ARTÍSTICOS, una Olimpiada cultural paralela.
Los Juegos Agónicos o Agonales se centraban en la fuerza, la lucha y la alta competencia, cuya finalidad era llegar a la perfección religiosa y ética en la palestra o en el pugilato, en las carreras de caballos o a pie, entre otros, para alcanzar el favor divino de los dioses, para defender el honor de su cuna y para justificar su poder económico y político ante la obediencia y servidumbre de sus súbditos.

Durante LA JORNADA INAUGURAL, dedicada exclusivamente a los ritos religiosos, se recitaba el juramento, se encendía el fuego sagrado y se ofrecían sacrificios a Zeus.
Se celebran las dos únicas pruebas no deportivas, las de heraldos y trompetistas, cuyos vencedores se encargaban los unos de anunciar públicamente los nombres de los competidores y de los triunfadores. Luego se inic
iarán carreras, lucha y boxeo para jóvenes de 12 a 18 años
El día de la fiesta la muchedumbre empezaba a congregarse antes del amanecer. La procesión comenzaba con las primeras luces. A continuación iban los oficiantes de los sacrificios con los animales. Detrás los metecos y los músicos, seguidos de los ancianos y los jefes del ejército, todos ellos con rama de olivo.
EL SEGUNDO DÍA
Por la mañana las actividades se inicia con una procesión solemne en el hipódromo, seguida de las carreras de carros y de caballos.
La tarde está dedicada al pentatlón: disco, jabalina, salto largo, carrera y lucha libre. Al caer el sol se celebran ritos funerarios en honor de Pelops, el héroe mítico del santuario que compitió en un certamen de carros para obtener la mano de Hipodamia, la princesa del lugar.
Se celebra también una procesión de vencedores elogiados con himnos o epinicios. Comidas y simposios por la noche.
Carreras con carros: Estas constituían el momento más importante de los juegos olímpicos. El carro tenía dos ruedas, el auriga estaba de pie, con las riendas en su siniestra y el látigo en la diestra. El carro podía ser tirado por 4 caballos (cuadriga) o por 2 (biga). Las carreras de cuadrigas comenzaron en el año 680 a. C.
Carreras de caballos: Se introdujeron en el año 648 a. C. Los jinetes no usaban estribos y en el siglo V montaron en sillas. Excepcionalmente se utilizaban herraduras. Las carreras de caballos podían tener obstáculos como vallas, fosos, pendientes y terrenos difíciles.
Ambas carreras se practicaban en el hipódromo de Olimpia, un circuito de 1540 metros.
AURIGA DE DELFOS
[…] "Los corredores del estadio […] impulsan sus piernas con los brazos […] como si tuvieran alas. Los corredores del dólico sólo lo hacen cuando la carrera llega a su fin, mientras que parecen correr normalmente el resto del tiempo, con las manos cerradas en puño." FILÓSTRATOSegún Filóstrato la prueba del dólicho recuerda la institución de los corredores-mensajeros. De estos dolichodromos saldrían numerosos y capaces heraldos-corredores, que más tarde habrían de destacar en los trabajos de la guerra.
Los antiguos griegos estimaban que el pentatlón formaba los hombres más bellos y saludables.
El poeta Baquílides ensalza así al atleta Automedes de Fleyus, vencedor del pentatlón en los Juegos Nemeos:

“Automedes brillaba entre los demás atletas como la luna llena hace palidecer a las estrellas; de tal belleza era su cuerpo, cuando, aplaudido por el público jubiloso, lanzaba el disco o la jabalina muy alto, en el cielo, o cuando, al final, en la lucha, mostraba su rapidez y habilidad”
Aristóteles describe al atleta ideal:
“los pentatletas son los que tienen el cuerpo más bello, porque están naturalmente dispuestos para la fuerza y para la velocidad al mismo tiempo.”

En el CUARTO DÍA se desarrollaban las pruebas pesadas: lucha, pugilato, pancracio.
El día concluye con el hoplitodrómos.
El pugilatoHomero nos describe la “vestimenta” necesaria para participar en esta prueba: “el cinturón y unas bien cortadas correas de piel de buey salvaje” En el QUINTO DÍA en el templo de Zeus, se proclamaba solemnemente a los vencedores, que recibían una corona de olivo, guirnaldas de flores y cintas de colores con las que los atletas adornaban brazos y tobillos; los presentes les lanzan una lluvia de hojas y flores y eran homenajeados por los poetas; también se grababa su nombre en lápidas de mármol o en placas de bronce. Además, cuando regresaban a la ciudad recibían otros honores.
Los vencedores se dirigían a los distintos altares y allí unían sus manos para danzar al son de flautas y tamboriles, luego se celebraba el último banquete, con posterioridad los atletas y la gente en general emprendía el viaje de regreso.
VENCEDORES Y PREMIOS
Los ganadores de las diversas pruebas reunidos en el templo de Zeus recibían sus premios. Los ganadores no recibían premios materiales, sino el honor y la gloria. Pero se les daba un objeto simbólico. En los comienzos fue una manzana, pero finalmente se les entregó una rama de olivo y una cinta de lana en la frente. El nombre, el del padre, el lugar de nacimiento y el linaje de cada ganador se inscribían en un registro. El que conseguía vencer en todas las pruebas del pentatlón, tenía derecho a una estatua en el templo de Zeus. Al regresar a sus polis los ganadores eran recibidos como héroes; poetas y oradores narraban sus hazañas.
Sin embargo, los ganadores se convirtieron en celebridades y tenían alimento gratuito para el resto de la vida y la reserva para en los lugares preferentes de los teatros.
Los vencedores en los juegos eran llamados Olímpionikes, se convertían en semidioses, adorados aún después de muertos. En su honor se erigían estatuas, se le hacían festejos, sus nombres eran inscriptos con respeto en el registro de campeones; poetas y oradores celebraban sus triunfos, y muchas ciudades le brindaban grandes recibimientos, y la mayoría recibían una pensión hasta su muerte.
Durante mucho tiempo hubo serios esfuerzos por compilar listas de los vencedores en los juegos, porque con frecuencia se situaba la fecha de un acontecimiento haciendo referencia al ganador de una prueba. Se decía, por ejemplo, que algo ocurrió “el año en que Desmón de Corinto ganó el estadio”. Los vencedores en los juegos olímpicos proveían así el marco de referencia dentro del cual se circunscribía la vida de la Hélade.

En Grecia, los juegos se organizaban en competiciones entre individuos. Nunca llegaron a incluir los deportes de equipo, una de las grandes diferencia con las Olimpiadas de la era moderna.
El atleta tenía que demostrar su valía personal. Una vez obtenida la victoria, el gimnasta conseguía la inmortalidad y una fama que honraba su nombre, sus cualidades personales, tanto físicas como morales, y confería la gloria de su ciudad de origen. Porque los griegos tenían un concepto más profundo de la victoria del que se ha conservado en la sociedad actual. Ir al estadio, entrenarse en el gimnasio o participar en las competiciones, incluso como espectador, eran actividades que completaban al hombre.
En la antigua Grecia, el premio estaba representado por los símbolos más característicos del mundo mediterráneo, como una corona de olivo, laurel o palma, que llenaban de orgullo a los vencedores.
EL REGLAMENTO OLÍMPICO




































En Olimpia, la organización y desarrollo de los Juegos se regía por las Leyes Olímpicas. Estas normas estaban grabadas en tablas de bronce y depositadas en el Buleuterión, sede permanente del Senado Olímpico, que era el máximo organismo de apelación y encargado a la vez de velar por su correcta aplicación.
Como normas de aplicación particular de estas Leyes Olímpicas estaban los Reglamentos Olímpicos, de cuya revisión y adaptación se encargaban los hellanódikas o ”jueces griegos”. Los hellanódikas fueron una pieza clave en la organización de los Juegos y representaron una institución que siempre dio muestras de imparcialidad en decisiones y acuerdos.
La violación de los preceptos olímpicos daba lugar a sanciones, pudiendo ser éstas políticas, económicas, deportivas e incluso físicas.

Durante los primeros años los Juegos eran exclusivamente para los hombres, las mujeres tenían incluso prohibida la entrada a los recintos deportivos. Era una prohibición estricta, tan solo una mujer, la sacerdotisa de la Diosa Deméter, podía permanecer en Olimpia durante los Juegos.
La causa de la prohibición no está clara, hay fuentes que apuntan a que se debía a la desnudez de los atletas, ya que tras la restricción absoluta de los primeros años, si se permitió después el acceso a los Juegos a las mujeres solteras, mientras que siempre estuvo vedado para las casadas.
Las mujeres acabaron siendo admitidas para pruebas mixtas. Nunca hubo pruebas específicamente femeninas.
Si que se instauraron unos Juegos femeninos, los Hereos, en honor a la Diosa Hera, pero que tuvieron un carácter residual. Se disputaban un par de meses después de los Juegos masculinos, y estaban reservados a las vírgenes de Elis.
En los Juegos culturales, paralelos a los deportivos, donde se cantaba, tocaba música, y se recitaba poesía, si estaba permitida de pleno derecho la participación femenina.

Las mujeres competían en una carrera que se celebraba durante los Juegos Hereos, que tenían lugar cada cuatro años en Olimpia y que estaban destinados en exclusiva a mujeres.Consistía en una carrera de 162 metros. Corrían con los pies descalzos y con una falda desde la cintura hasta la rodilla como único vestido. La campeona recibía una corona de olivo y un trozo de la carne de la vaca sacrificada en honor a Hera.

ARTE GRIEGO HELENÍSTICO: JINETE DE CABO ARTEMISIÓN, SIGLO II a.C.
"Arte y deporte I: Prehistoria y civilizaciones agrarias"
"Arte y deporte en Etruria y Roma"
"Actividad deportiva en imágenes I": Grecia
"Actividad deportiva en imágenes II": Etruria