Poético libro de Zoé Valdés en el que rinde homenaje al escritor Manuel Mújica Láinez y, animada por él, nos descubre la vida secreta de los habitantes del Louvre de la misma manera que Mújica reveló los misterios que invadían a los personajes del Museo del Prado.
Zoé entra en el Museo del Louvre para despertar a los seres que allí habitan, inmóviles dentro de sus marcos, e invitarlos a salir de su letargo, a cobrar vida, a descender del cuadro, a bailar, a enamorarse, a dialogar entre ellos. Todo un mundo imaginario se despliega ante nosotros, a través de sus palabras. Nos tiende la mano para que aprendamos a soñar y nos unamos a ella en la aventura de su ensoñación.
Imagen de la portada:
Lucas Cranach el Viejo: "Venus en un paisaje",1529
Alberto Durero:"Adán y Eva", 1507 |
Visitando el Louvre con Zoé
(…) “Mis pasos resuenan en la galería principal, avanzo solitaria, al ralentí como en los sueños; Museo del Louvre conos de luz van trazándome el camino. Semejantes a sombreros puntiagudos de suave claridad mortecina, gigantes que penetran azarosos por los ventanales del Museo del Louvre y me invitan a perseguirlos, como en un juego infantil y antiguo.–¡Señorita, señorita, el museo está cerrado! –alguien grita a mis espaldas.
Me doy la vuelta y sólo consigo divisar una silueta, la de un hombre alto, corpulento. (…)
De súbito, el vigilante se ha esfumado.Entonces allí –en ese allí que es un poco más allá en el tiempo–, doblo a la derecha, penetro en la sala de La Gioconda o La Mona Lisa. Nadie, nadie, susurro. ¿Será verdad que el museo está cerrado? Y entonces, ¿cómo he podido entrar? ¿Cómo he conseguido introducirme en esta sala en penumbras?”… (…)finalmente, otra mano se posa en mi hombro. Es una mano cálida, de tacto suave…
Me doy la vuelta y sólo consigo divisar una silueta, la de un hombre alto, corpulento. (…)
De súbito, el vigilante se ha esfumado.Entonces allí –en ese allí que es un poco más allá en el tiempo–, doblo a la derecha, penetro en la sala de La Gioconda o La Mona Lisa. Nadie, nadie, susurro. ¿Será verdad que el museo está cerrado? Y entonces, ¿cómo he podido entrar? ¿Cómo he conseguido introducirme en esta sala en penumbras?”… (…)finalmente, otra mano se posa en mi hombro. Es una mano cálida, de tacto suave…
(…Es un hombre, pero no el mismo hombre, no se trata del guardián del museo. Es otro: “el guardián de las palabras”, musita una voz femenina proveniente de otro cuadro. Poco a poco me vuelvo hacia él, lleva un bastón colgado al brazo, y va vestido con un traje elegante. No necesariamente caro, pero sí muy elegante, porque la elegancia la lleva en su mirada, en la manera de sonreír, y en los gestos, tan sinceros como estudiados, en cómo extiende el brazo contrario al del bastón y señala el rostro de la mujer más misteriosa de la historia del arte, la Gioconda. No hay nada espontáneo en esta figura, pero todo en ella es verdadero.
-Leonardo da Vinci constituye él mismo un misterio mayor, el del hombre como esencia del conocimiento.- Pronuncia esta frase sencilla, sin embargo llena de resonancias en sus últimas palabras: “esencia del conocimiento”.Avanzo un paso, entonces me doy cuenta de que conozco ese rostro, que sus rasgos me son familiares, incluso esa sonrisa apenas disimulada bajo un discreto bigote. Un novelista en el Museo del Prado, Manuel Mújica Láinez, Bomarzo, El unicornio, El Escarabajo… Yo he leído ese rostro, esa voz, esas manos, esos gestos, yo he leído todo en este hombre que ahora me da la bienvenida en el Museo del Louvre…
-Leonardo da Vinci constituye él mismo un misterio mayor, el del hombre como esencia del conocimiento.- Pronuncia esta frase sencilla, sin embargo llena de resonancias en sus últimas palabras: “esencia del conocimiento”.Avanzo un paso, entonces me doy cuenta de que conozco ese rostro, que sus rasgos me son familiares, incluso esa sonrisa apenas disimulada bajo un discreto bigote. Un novelista en el Museo del Prado, Manuel Mújica Láinez, Bomarzo, El unicornio, El Escarabajo… Yo he leído ese rostro, esa voz, esas manos, esos gestos, yo he leído todo en este hombre que ahora me da la bienvenida en el Museo del Louvre…
"LA GRAN ODALISCA" DE INGRES
-Nada lo impediría. Yo podría provocar incluso que te ame- sugiero atrevida.
¿Qué poder tienes?- interroga sin moverse de la posición que tanto la distingue.
-Podría escribirlo y ocurriría.
-(…) ¡Escríbelo, escríbelo!-Cupido posa sus labios en la frente de Endimión, enseguida moja sus labios con un racimo de fresas salvajes que gotean rocío. Endimión se despereza, desciende del marco de su cuadro, y atraviesa como Dios lo trajo al mundo los salones del museo.
-La novelista lo sigue, con el cuaderno en la mano va escribiendo por adelantado los movimientos del hijo de Leda y Zeus.
-El hombre se sitúa frente a la Odalisca; aún resplandece en su costado el rayo de luna. Tiende una mano hacia la mujer.
-Te amo, Odalisca- le declara su amor, quizá demasiado rápido, pero a ella se le nota feliz.
-(…) ¡Escríbelo, escríbelo!-Cupido posa sus labios en la frente de Endimión, enseguida moja sus labios con un racimo de fresas salvajes que gotean rocío. Endimión se despereza, desciende del marco de su cuadro, y atraviesa como Dios lo trajo al mundo los salones del museo.
-La novelista lo sigue, con el cuaderno en la mano va escribiendo por adelantado los movimientos del hijo de Leda y Zeus.
-El hombre se sitúa frente a la Odalisca; aún resplandece en su costado el rayo de luna. Tiende una mano hacia la mujer.
-Te amo, Odalisca- le declara su amor, quizá demasiado rápido, pero a ella se le nota feliz.
¡Cuánto me va a gustar esta obra! Estoy seguro. Ya está apuntado para leerlo este verano. Gracias Ana por darnos a conocer esta novedad editorial; yo, al menos, la desconocía. Saludos desde el sur.
ResponderEliminarCon estas referencias, Ana, o que fas é incitarnos a voltar a París e seguir a explorar o Louvre.
ResponderEliminarMújica e Zoé Valdés non están sos nisto de interactuar cos poboadores dos museus: os personaxes de Goya saían dos cadros para defender a República en "Noche de guerra en el museo del Prado", de Rafael Alberti (homenaxéase estes días ós salvadores das obras mestras do museu cando a guerra civil); a estatua de Antínoo, en "Museo de reproducciones" de Gómez de la Serna, escríbelle unha misiva amorosa a unha moza; Néstor Luján, en "Los espejos paralelos", interésanos en Velázquez e o seu tempo co artificio de que os retratados en "Las meninas", incluido León, o mastín, conten as súas vidas a un pintor que fica fechado toda a noite co cadro.
Pedro Gómez Valderrama, colombiano, tamén fixo unha visita ó museu do Louvre: "Seguíamos hacia la Gioconda, casi llegábamos a ella, lo indicaba el rumor de colmena de los visitantes, cuando en la portada anterior, vasta y concurrida, surgió el cancerbero azul, el guardián del Museo, que inflexible señalaba la hora: las cinco, y gritaba "Fermé" con aire importante de alto funcionario, tal como todos los miembros de la venerable burocracia francesa. (...)Expulsa con un gesto de espada a los últimos que quedamos allí, y el Louvre queda totalmente solo. Solamente los hombres azules podrán mirar cómo la Diana de las piernas memorables baja del pedestal; podrán ver las galanterías que cumple un sátiro con el Hermafrodita Dormido, podrán ver quién besa la sonrisa de Monna Lisa, podrán acariciar los amplios senos de la Venus de Milo, y podrán, si tienen valor suficiente, navegar en la improbable Nave de los Locos, por el ancho mar verde y remoto que se extiende detrás del cuadro, el respetuoso mar en que ahora navega la Victoria de Samotracia; que va inundando las inmensas galerías y sube, como todas las noches, solamente al sagrado nivel de los cuadros, que se conecta secretamente con el Sena a través de los fosos del palacio, y por eso el río a ciertas horas adquiere la misma tonalidad verdosa y memorable de los paisajes del Bosco, de Brueghel o de Patinir.
Esto sucede, a cierta hora nocturna, en todos los museos del mundo; en la Villa Borghese llega hasta los senos ilustres de Paulina Bonaparte; en el Ermitage, hasta las rodillas de Pedro I, pero jamás se ha podido determinar si se trata del Neva o de las aguas del golfo de Finlandia; en Londres, en Trafalgar Square, el mar desborda el recinto de la National Gallery, y se une con el Támesis (...)"
"Descripción e historia de una visita al Museo del Louvre", en LA NAVE DE LOS LOCOS.
Paco: ya ves que mi información queda cortísima en comparación con esas interesantísimas referencias que nos hace "O Curioso Impertinente", que haciendo honor a su nombre, no deja de curiosear y escudriñar todos los rincones de la Literatura para satisfacción propia y nuestra al tenerlo como uno de los más asiduos comentaristas de este blog.
ResponderEliminarSaludos
Y ahora a mi estimado "Curioso Impertinente" muchísimas gracias por tu valiosa aportación a esta profesora que no tiene tanto tiempo como tu para ser "ratón de biblioteca" y hace lo que puede. Creo que en alguna entrada hice referencia a la poesía de Alberti. No conocía otras de las obras que recomiendas y me encanta este regalo que me haces del texto de Pedro Gómez Valderrama. Merece una entrada, que haré aprovechando esta estupenda cita.
ResponderEliminarSaludos
Seguide publicado (Ana) e comentando (Paco e Curioso impertinente) porque dos vosos escrito sempre aprendo. Grazas.
ResponderEliminarAntonio, que no decaiga nuestra curiosidad ni nuestros deseos de comunicar. Todos aprendemos de todos y a todos nos gusta transmitir conocimientos e información. Para eso participamos en este democrático medio.
ResponderEliminarGracias a ti también.
¡Hola Ana!
ResponderEliminarHoy ha sido sorprendente tu post, es toda una magia del arte, la que nos propones con la referencia del libro de esta escritora y con el acompañamiento de los cuadros, que le vas haciendo a lo largo de tu entrada.
Yo también me apunto el libro y lo agrego al de Bomarzo que nos recomendó recientemente Paco Hidalgo. Gracias y un beso.
Emocionante libro. La fantasía de devolver a la vida a aquellos que quedaron atrapados en una obra de arte, es tan apasionante como viajar en el tiempo y vivir un pasado lejano ¿Quién no se ha sentido romano al pasear por el foro? Muchas gracias por el articulo.
ResponderEliminarAlfredo
Clariana, cuando encuentras un texto como el de Zoé o el de Mújica, poco más hay que añadir. Nadie mejor que un escritor para fantasear sobre la obra de arte.
ResponderEliminarTe recomiendo los dos libros.
Un abrazo
Alfredo, los novelistas rescatan a los habitantes del cuadro y los hacen danzar a su ritmo, con gran maestría...
ResponderEliminarPara nosotros es mucho más fácil trasladarnos a ese tiempo y espacio contenido en la obra de arte como afirmas muy bien. Es cuestión de imaginación y de sensibilidad.
Saludos
Querida "profe", tes que desculpar que, o andar eu en andrómenas de Entroido, non me pasara antes por aquí.
ResponderEliminarAgradezo no que valen os ánimos de Antonio Martínez (que tamén defende a "lingua inútil") e as túas loubanzas, compráceme servos de proveito e sabes que interveño neste blog con moito gusto.
Paréntese impertinente.- Si, xa fixeches mención á poesía de Alberti mais no meu comentario referíame á súa obra de teatro.
Saúdos.
"Curioso Impertinente", tanto el blog como los comentarios tienen sus tiempos condicionados por otras motivaciones y obligaciones. Uno de sus atractivos es que nada se nos impone. Es la libertad de comunicar lo que nos mueve y los ritmos los marcamos nosotros...¡faltaría más!
ResponderEliminarYa tengo casi preparada la entrada de "La nave de los Locos" con tu amable aportación.
Saludos y gracias por la pertinente aclaración de Alberti.
Por un despiste, onte omitín a referencia a "O RETRATO DE DORIAN GRAY", onde a personaxe non se humaniza para deambular a pracer ou para ter namoros senón que cobra vida para converterse no chivo expiatorio das maldades e dos vicios do Dorian Gray real.
ResponderEliminarA novela, que recomendo, cousa que non fixen coas outras, leva un prefacio impagable para os que gosten da arte, case unha declaración de principios estéticos de Oscar Wilde, cheo de frases certeiras e provocadoras: "O artista non é nunca morboso. O artista pode expresalo todo" ou "A diversidade de opinións acerca dunha obra de arte demostra que a obra é nova, complexa, e vital" (as dúas valerían para o conflicto ARCO-Israel).
Outra impertinencia, por ser o comentario número trece.- ¿Qué pasa coas portadas dos libros? Non nos dis nada.
Adán e Eva, con esa elegancia da que ti falaches, son sen dúbida de Durero pero, o libro de Z. Valdés ¿reproduce unha Venus de Cranach, O Vello?
Lei "El retrato de Dorian Gray" hace años y me pareció una obra magnífica. Tendré que recuperarla porque, efectivamente, se presta para incluirla en alguna entrada.
ResponderEliminarAciertas con la obra de la portada de Zoé...debí citarla por lo menos.
Y ese tipo de "impertinencias"... tan pertinentes son bienvenidas...¡para enseñar hay que estar aprendiendo siempre y es un honor que un exalumno me enseñe a mi! Los profes no lo debimos hacer tan mal...
Saludos
En fin, non tiña prevista outra intervención pero, á vista do entusiasmo que me dispensas, non che podía facer un desaire. Gracias, Ana.
ResponderEliminarIso si, vou suprimir o prefixo ex- para seguir a ser alumno teu porque os profes non o debestes facer tan mal ...
En agradecemento, aí tes este presente: "Por cierto que el día 21de agosto de 1911, la "Gioconda" desapareció del Museo del Louvre y su robo fue, al principio, imputado al gran poeta Guillaume Apollinaire (...) La "Gioconda" fue devuelta misteriosamente al Louvre y su sonrisa, que pintara Leonardo, sigue desazonándonos enigmáticamente. Sin embargo corrió el rumor -siempre desmentido por los eruditos- de que sólo fue devuelta una copia del cuadro y que el original sigue en paradero desconocido. Si ello fuera así, ¿dónde rutilará ahora la verdadera sonrisa de Mona Lisa?"
Joan Perucho. Leonardo y las sonrisas enigmáticas de Civitavecchia.
¿Sería que Mona Lisa, unha tarde cando fechou o Louvre, saeu de troula, descubreu París e non voltou ó museu?
Estuve a punto de comprarmelo este verano pero dudé. Después de tu reseña creo que es muy recomendable.
ResponderEliminarSaludos!
Tanto este libro de Zoé como el de Mújica Láinez son muy interesantes para los que nos gusta el arte.
ResponderEliminarSaludos