martes, 21 de enero de 2014

PEQUEÑAS GRANDES OBRAS. PATINIR, EL PRIMER PAISAJISTA

JOACHIM PATINIR: “ Caronte atravesando la laguna Estigia” 1520-1524,  64 x 103 cm. M. del Prado  



"El modo en que Patinir representa el alma, de estricto perfil, con el rostro y el cuerpo girado en dirección al camino fácil, que lleva a la perdición, confirma que ya ha hecho su elección y que esa es la vía que va a seguir. A fines de la Edad Media existía toda una serie de metáforas para expresar esta idea, tanto bíblica como clásica. De todas ellas, Patinir parece haberse inspirado en el Evangelio de San Mateo. No hay duda de que refleja en esta obra el pesimismo de una época tan turbulenta como la que le tocó vivir, en plena Reforma protestante.  Al llevar a cabo esta obra, Patinir la convierte en un memento mori, en un recordatorio, a quien la contemple, para que quede avisado de que es preciso prepararse para este momento e, imitando a Cristo, seguir el camino difícil, sin hacer caso de los falsos paraísos y tentaciones engañosas". Silva Maroto, P.: Patinir
JOACHIM PATINIR:“Paisaje con San Jerónimo”, 1516-1517. (74 cm x 91 cm.)


PATINIR Y QUENTIN MASSYS: "Las tentaciones de San Antonio Abad” 1515-1522. Óleo. 155 x 173 cm. Museo del Prado




PATINIR: "Descanso en la huida a Egipto", 1518-1520. Óleo. 121 x 177 cm. Museo del Prado  

El Museo del Prado dedicó a Patinir su primera exposición antológica en 2007 y en 2013, uno de sus cuadros formó parte de una exposición extraordinaria, “La belleza encerrada”, en la que se muestran grandes obras de pequeño formato. Con esta entrada quiero dar a conocer algunas de los cuadros expuestos para los que no la han visitado. Me centraré en aquellas obras en las que el paisaje adquiere un valor por si mismo. A partir de Patinir como pintor que trata el paisaje como género independiente, miraremos hacia atrás para advertir algunos precedentes y en una próxima entrada, señalaremos algunas obras sobre en las que se puede apreciar su estela.
Una serie de artistas comenzaron a dar relevancia al paisaje y ya no lo utilizaron como telón de fondo en que se desarrollaba la escena principal sino que le dieron valor por si mismo. La técnica de la pintura al óleo permitió a los artistas flamencos la representación con todo detallismo de cualquier elemento mínimo no solo de las figuras sino del paisaje... casi un cuadro dentro del cuadro.  Con estos pintores no se creó el género pero iniciaron él interés por la representación detallada del entorno natural. El paisaje dejará de ser un fondo para las figuras y se convertirá en el escenario donde tienen lugar las acciones.
En esta obra ya podemos observar una preocupación por representar el espacio natural con gran detallismo al modo en que lo trataban los pintores de la escuela flamenca.



JAN VAN EYCK : “La Virgen del canciller Rolin”, hacia 1435. Óleo sobre tabla. 66 × 62 cm. 
Aunque esta obra no estuvo incluida en la exposición, la he añadido porque su influencia en la pintura me parece esencial. Ese gran ventanal amplia el espacio del cuadro y se abre a un paisaje representado con todo el detallismo que permite la pintura al óleo. Es indudable que ejerció una gran influencia sobre Patinir y los pintores de paisajes.



 ROBERT CAMPIM  es considerado uno de los precursores de la llamada escuela de los primitivos flamencosEn estas dos tablas del “TRÍPTICO WERL”  en el que se representan Santa Bárbara y San Juan con el donante, se muestra un interior flamenco de la época, de gran realismo, rico en detalles y con una perspectiva de la habitación que continúa a través de una ventana abierta y se proyecta hacia un paisaje exterior. Este es uno de los recursos estilísticos que se repetirá en la escuela flamenca y que tendrá enorme repercusión posterior .
ANDREA MANTEGNA: "Tránsito de la Virgen", 1462. Temple sobre tabla, 54.5 42 cm.
ANDREA MANTEGNA es uno de los grandes creadores del Quattrocento italiano. El punto de vista bajo, da lugar a unas figuras monumentales a pesar del pequeño tamaño del cuadro. 
"El Tránsito de la Virgen" es una obra maestra por su perfecta composición, resuelta mediante una muy hábil contraposición de horizontales (ventana y lecho de la Virgen) y verticales (apóstoles y pilastras); su dominio de la perspectiva; la individualización de las fisonomías de los apóstoles, y el tratamiento del paisaje, una de las primeras vistas topográficas de la pintura italiana, al mostrar el lago en torno a Mantua, el puente que lo cruza, y el Borgo di San Giorgio al fondo. Extraído de Falomir Faus, M.: Pintura italiana del Renacimiento


EL BOSCO
El Bosco, es uno de los pintores más apasionantes y enigmáticos de toda la historia de la pintura. Un precursor del surrealismo. Sus obras están abarrotadas de figuras, completamente al margen de la iconografía de la época, ambientadas en paisajes imaginarios y repletas de elementos fantásticos y monstruosos, tales como demonios o figuras medio humanas y medio animales, que conviven con figuras diáfanas y paisajes tranquilos y encantadores.


EL BOSCO: "La extracción de la piedra de la locura", 1490. 48,5 cm x 34,5 cm
El Bosco reprodujo la operación para extraer la piedra de la locura ante un amplio y bello paisaje, por el que sintió gran interés desde sus obras más tempranas, acorde con su origen en los Países Bajos del Norte. La elevación de la línea del horizonte permitió a El Bosco ampliar el espacio destinado al paisaje en esta tabla, que, a diferencia de lo habitual en él, no está poblado de figuras y objetos que complementen o expliquen la escena principal.
EL BOSCO: “Mesa de los pecados capitales”, finales del siglo XV. Óleo. 120 cm x 150 cm



EL BOSCO: “El carro del heno”, 1516. Óleo sobre tabla, 135 cm × 100 cm. Museo del Prado
ASPERTINI, AMICO; ASPERTINI, GUIDO: “La continencia de Escipión”, 1496. Óleo. 46 cm x 157 cm x 1,9 cm
 Escuela italiana, boloñesa
ASPERTINI, AMICO; ASPERTINI, GUIDO: “El rapto de las sabinas”, 1496. Óleo. 47 cm x 153 cm

 AMICO ASPERTINI  es considerado un precursor del manierismo y en su obra combina un profundo conocimiento del arte grecorromano con la influencia de arte del norte, a lo que hay que unir su gran originalidad narrativa. Sus paisajes rocosos y vegetales oudieron ser un referente para Patinir.
GERARD DAVID  inicia una tradición que se extenderá entre los pintores holandeses de los siglos posteriores y que se centra en el paisajismo.


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