lunes, 9 de marzo de 2009

ARTE FANTÁSTICO III

PRESAGIOS DEL SIGLO XXARNOLD BÖCKLIN está considerado como el máximo exponente del arte fantástico y como el último de los románticos. Su obra presagia el desarrollo del floreciente arte fantástico del siglo XX.Böcklin realizó cinco versiones de “La isla de los muertos” ligeramente distintas. Todas tienen en común que representan una figura vestida de blanco de pie junto a un ataúd en una barca que navega sobre oscuras aguas hacia una isla rocosa. Se interpreta que la figura es el barquero Caronte, aunque Böcklin nunca dio explicaciones sobre el significado de la pintura y ni siquiera le puso el título, que se debe a un marchante de arte. El cuadro fue un encargo de una señora de Fráncfort que le pidió al artista un "cuadro para soñar".
En 1900 se publica “La interpretación de los sueños” de Sigmund Freud, que de inmediato pasa a ser la obra de referencia de la emergente ciencia de la psicología. En ella, el sueño se transforma en una metáfora para todas las áreas del inconsciente, conjunto de cámaras en el interior del individuo, a las que este apenas tiene acceso. “Nunca he pintado autorretratos, no me interesa mi persona como tema del cuadro; prefiero a otras personas, especialmente mujeres (…) quien quiera saber algo de mi como artista, que es lo único digno de atención, no tiene más que contemplar atentamente mis cuadros y a partir de ellos intentar comprender quién soy y cuáles son mis deseos.”
Gustave Klimt
En el caso de ROUSSEAU la fantasía es resultado directo de sus ensoñaciones exóticas y particulares y de sus extravagancias. El artista es la prueba sorprendente de que el arte y la fantasía que este conlleva no son en principio una cuestión académica, sino que tienen su origen en el espíritu y la sensibilidad humanas.
Del mismo modo que Freud interpreta con medios científicos nuestros sueños, Rousseau los interpreta artísticamente ayudado de formas y colores primarios.

HENRI ROUSSEAU: "El sueño"

DALÍ, ARTISTA FANTÁSTICO"Es posible que Salvador Dalí sea el pintor que más se aproxima al canon del artista fantástico. Sus elucubraciones sobre el arte son excesivamente geniales, como excesivamente elaborada es su habilidad técnica, excesivamente refinadas sus perspectivas, excesivamente estrafalarios sus temas, excesivamente polémicas sus opiniones, excesivamente extravagantes sus preferencias. De este pintor cabe esperar cualquier cosa. Incluso un artista de la transformación tan extraordinario como Dalí se ve superado cuando intenta estar a la altura de tan descomunales expectativas.
En el cuadro “Poesía de América. Los atletas cósmicos”, los dos personajes son fantásticos. De la cadera de uno de ellos sale un cajón y de su espalda parece aflorar un hermano pequeño. Su oponente, que carece de brazos y manos, tiene por cabeza una especie de olla en la que arde una vela, y de su pecho pende una Coca-Cola, de la que mana una espesa sustancia negruzca.
De la lejana torre pende una figura blanca cuyo desfigurado contorno es réplica del continente africano. África como continente pierde en definición política lo mismo que ganan sus habitantes en definición física." (W. Schurian)

La poesía del gran continente americano, que tanto antes como después de la Segunda Guerra Mundial fascinaba al artista, no parece basarse en el enfrentamiento de una y otra figura, sino en la combinación de ambos cuerpos. Estos son la representación palpable, la encarnación de dos destinos que pretenden llamar la atención y que se encuentran irreconciliablemente enfrentados. Los impulsos, las curvas y torsiones de sus articulaciones y músculos resultan casi reconocibles al tacto, y emocionan los elegantes giros de sus hermosos cuerpos en movimiento. Nada puede verse de sus almas, pero si pueden intuirse por completo.

DALÍ: "Metamorfosis de Narciso"

Y Dalí declama: «El cuerpo de Narciso se vacía y se pierde / en el abismo de su reflejo, / como el reloj de arena al que no se dará la vuelta. / Narciso, pierdes tu cuerpo, / arrebatado y confundido por el reflejo milenario de / tu desaparición, / tu cuerpo herido mortalmente / desciende hacia el precipicio de topacios de los restos / amarillos del amor, / tu blanco cuerpo, engullido, / sigue la pendiente del torrente ferozmente mineral / de negras pedrerías de perfumes acres, / tu cuerpo...[...] Narciso, / ¿comprendes? / La simetría, divina hipnosis de la geometría del espíritu, / colma ya tu cabeza con ese sueño incurable, / vegetal, atávico y lento / que reseca el cerebro / en la sustancia apergaminada / del núcleo de tu próxima metamorfosis».

En la obra de la artista estadounidense DOROTHEA TANNING, el espectador contempla absorto la integración de personas en el espacio;
Como vemos, se trata de contenidos pictóricos que se sitúan por debajo del umbral de la percepción, de la conciencia y de la comprensión. La sustancia estética de los cuadros está perfectamente estudiada y ha sido plasmada con enorme detalle y una vez vista la obra, el impacto que produce se mantiene vigente largo tiempo.
DOROTHEA TANNING: “Cumpleaños”, 1942 
Una serie de habitaciones se abren en perspectiva frente al espectador. Oscuros listones de madera cubren el suelo de la vivienda en la que no hay muebles. El vacío genera incertidumbre.

Desde la izquierda entra en la sala una joven cuyos rasgos se asemejan a los de la autora. Su apariencia semidesnuda y con una falda de reflejos morados y de cuya cintura cuelgan raíces, le confiere un aire de extrema ambigüedad. ¿Fantasma, hechicera o una mujer maravillosa?...
Esta imagen se ve reforzada por la extraña criatura que aparece en el suelo, mezcla de águila, murciélago y gato de larga cola…como un grifo mitológico observa al espectador con malignos ojos.
Quizá una de las provocaciones del cuadro es que muestra el vacío como un rasgo de libertad, como muestra de un comportamiento antisocial frente a la sociabilidad tan apreciada.

“Para este grupo de artistas es de capital importancia el bagaje de la época que les tocó vivir, el periodo de entreguerras, Los valores tradicionales han perdido su capacidad normativa, por todas partes se adivina la llegada de algo nuevo, y lo fantástico pierde su mágica y decorativa inocencia y se ve obligado a mostrar sus grietas más pronunciadas, dolorosas, incomprensibles y brutales.”

TRAS LA 2ª GUERRA MUNDIAL

Tras la catástrofe que supuso la Segunda Guerra Mundial es posible apreciar una moderación, una suerte de camuflaje estético de la intensidad artística.

A diferencia de lo que sucedía con anterioridad, ya no se establece una jerarquía de sociedades y culturas, sino que se aceptan y respetan como condiciones de vida que sin ser las propias tienen un valor equiparable.
Una de las constantes de lo fantástico es su confianza en lo universal, en todo aquello común a los humanos, aquello que no cambia particularmente con el paso del tiempo.

La discreción, la cortesía y la sutileza serían los rasgos más destacados de los artistas de este momento si no fuera porque ellos mismos rechazan tales términos, Su actividad se caracteriza por la ambivalencia y la ambigüedad y, como demuestran los cuadros de BALTHUS y ANDREW WYETH, escapan a toda definición.

La obra de Wyeth, compuesta a primera vista de hermosas y simples imágenes y de paisajes arquetípicos de una idílica campiña norteamericana que nunca ha existido, ocupa un lugar de honor en la memoria colectiva y está profusamente representada en los museos. 

Weyth ha creado con sus cuadros una mitología inconfundible y un concepto único y fantástico de los paisajes del continente americano. Estos, a su vez, pasan a ser la superficie sobre la que se proyectan todas las amenazas y peligros que acechan en la gran urbe, némesis clásica de la sencillez rural. ANDREW WYETH: “Viento marino”
”En la representación de la casa, sus ventanas se convierten casi en ojos o partes del alma. Para mi, cada ventana representa una parte del la vida de Cristina”.

La fantasía habla siempre de los sublimes espacios intermedios también de los secretos, de los abismos y profundidades del alma humana, Se atreve a echar un vistazo tras el espejo; explora las áreas al margen del orden, de los sistemas y las categorización, y escapa a lo conocido, lo acostumbrado, lo mediocre, lo establecido, En este sentido, y a diferencia de otras manifestaciones artísticas limitadas por la moda y la época en la que se enmarcan, como los ismos, el arte fantástico es un arte abierto, inconmensurable, insondable; es atemporal, tiene futuro. Ello se debe en buena medida a que es un arte centrado en el ser humano: en su cuerpo, en su comportamiento, en su conciencia y su subconsciente, en sus aspectos diurnos y nocturnos.



Con escasas excepciones, los artistas huyen de la publicidad y viven aislados en el campo lejos de la metrópolis, o incluso alejados de toda civilización, o bien viven a caballo entre dos continentes, como el dicharachero y sin embargo comedido FERNANDO BOTERO. (...)Trabajan en silencio y no intentan atraer la atención.En lugar de eso dirigen hacia su interior toda intención estética: sus cuadros están saturados de significados sutiles e iridiscentes en constante cambio.

FERNANDO BOTERO
pintor y escultor colombiano, nos lleva a través de su prolífera obra, a explorar un mundo cargado de nostalgia y donde el dolor y el placer se alternan entre atmósferas ingenuas e irónicas. Botero es un ícono universal de la cultura latinoamericana.
EL CAMBIO DE MILENIOLA DIMENSIÓN GLOBAL DE LA FANTASÍA
En torno al año 2000 se hacen perceptibles diversos cambios y una mayor expansión de la fantasía. El arte fantástico adopta formas y contenidos nuevos, como en los cuadros de PETER DOIG o las inconfundibles y recargadas fotografías de JEFF WALL (nacido en 1946), y se generaliza más allá de las fronteras de Europa, al tiempo que abraza nuevos medios: no sólo está presente en la pintura, medio tradicional del artista fantástico, sino también en la escultura, en el happening, en los mundos virtuales del ciberespacio. Mediante la virtualidad, que es en sí misma una forma de fantasía, esta puede ser apreciada en todo el mundo. A los habituales temas míticos, místicos, mágicos e ilusionistas se incorporan ahora imágenes cotidianas, realistas e hiperrealistas, incluso elementos de ciencia ficción.
Jeff Wall: el consuelo de la fotografía
Este fotógrafo canadiense es uno de los más inquietantes e influyentes artistas del medio. Sus trabajos, que parecen situarse entre los medios de comunicación y la creación plástica, son producto tanto de su profundo conocimiento de la historia del arte como de las teorías que lo sustentan.
Los temas tratados en sus fotografías son sociales y políticos, tales como la violencia urbana, racismo, pobreza, así como conflictos de género y de clase.
Enmarcadas en grandes cajas de transparencias retroiluminadas, el fotógrafo canadiense comenzó a construir sus imágenes a partir de lo que él llamó una "academia interior" siguiendo un programa de "pintura de la vida moderna" (tal como lo enunció Baudelaire), como los pintores de historia formados en las academias seguían programas iconográficos fijados por textos canónicos.

En la foto remite directamente, como su propio título indica, a la serie que realizó Katsushika Hokusai entre 1830-1833 bajo el título de Thirty-Six Views of Mt Fuji, una de las piezas del arte japonés antiguo más conocida en Occidente. En el meticuloso trabajo de Wall, casi de procedimiento oriental, utilizó más de cien fotografías para componer el montaje digital definitivo, aquel que retrata, como el más sutil de los pintores, el movimiento del aire, la espiritualidad suspendida en el vacío de las cosas triviales, como un papel.

ARTE ORIENTAL DEL 2º MILENIO
Llegado el fin del milenio, esta estructura tradicional salta en pedazos y se alzan voces que exigen variedad y renovación. El pintor Zhang Xiaogang es el primero en integrar la fantasía de corte occidental en sus cuadros y, al igual que otros artistas afines introduce rasgos irónicos, sarcásticos y críticos para alcanzar un grado de expresión hasta entonces casi desconocido en China. Se procede a la demolición del anterior universo plástico y elementos ornamentales se integran juguetones en las nuevas imágenes.

Al mismo tiempo, culturas que hasta entonces han optado por plasmar otros motivos en las artes plásticas, como es el caso de China, Japón e Indonesia, empiezan a experimentar con motivos fantásticos y encuentran en ellos sorprendentes y personalísimos modelos de expresión.

La reciente fascinación china por la pintura al óleo recupera numerosos contenidos y técnicas de la larga tradición de fantasías y entelequias de la vieja Europa. No cabe duda de que en el futuro se abrirán nuevas e inesperadas perspectivas.
En lo tocante al arte fantástico, la globalización parece un hecho.

LA INTEMPORALIDAD DE LA FANTASÍA

Si bien el arte fantástico tiene una larga historia, y aun cuando en la era moderna -y en especial a comienzos del siglo xx- experimentó un enorme auge, no parece que su ocaso vaya a producirse pronto, Muy al contrario, la fantasía de las artes plásticas ha demostrado ser extremadamente maleable cuando de superar barreras se trata. Constituye un sistema abierto y auto organizado que se adapta a nuevos terrenos y situaciones y es así capaz de transmutarse. El hombre y sus secretos, sus enigmas, sus contradicciones y su unicidad en la creación han sido y serán siempre el objeto de deseo preferido de la fantasía. Se explica así en buena medida su larga tradición y la fascinación que aún hoy continúa ejerciendo la fantasía, elemento integral y genuino de toda forma de arte, lo ha acompañado continuamente a lo largo de su siempre cambiante avance por la historia.
Fuente: Walter Schurian
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4 comentarios:

Duncan de Gross dijo...

Muy completo e interesante el post Ana, me llama la atención como se pasa de un arte fantástico de principios del XX, al surrealismo, al hiperrrealismo posterior... Toda una evolución muy bien guiada por tí, Genial!!

Ana dijo...

Aunque la fantasía es inherente al ser humano, el modo de exteriorizarla nos hace muy diferentes. A través del arte se pueden apreciar miles de formas de expresión. Esto es lo que me interesó plasmar en el post.
Me sedujo el recorrido por todas estas obras desde los momentos iniciales (los otros dos post)de la humanidad hasta la actualidad.
Es sorprendente todo lo que podemos encerrar en nuestro interior...
Saludos

Lucie G dijo...

¡Otra entrada apasionante!
Vi el cuadro original "Metamorfosis de Narciso" hace unos días en la exposición "La sombra" en Madrid.

Me gustan mucho los cuadros de Henri Rousseau y nunca los he visto "de verdad", me encantaría.

Me pregunto si la mujer que encargó el cuadro a Böcklin estuvo satisfecha con el resultado. (A lo mejor no le apetecía "soñar" con tal tema...) A lo mejor le encantó. ¡A mi también!
Saludos

Ana dijo...

Dalí resulta sorprendente. Algunos de sus cuadros me parecen geniales.
A mi también me gustaría ver la exposición del Thissen. Estas exposiciones que recorren distintas etapas de la Historia del Arte me encantan.
El cuadro de Böcklin tiene mucho misterio y quizá sea eso lo que invita a soñar, a descubrir que hay más allá de la apariencia. Ahí reside su encanto.
En esta imagen no se aprecia en toda su intensidad pues resulta algo pequeña. Hizo varias versiones del mismo.
Gracias por tu comentario y saludos

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