viernes, 10 de abril de 2009

CAIXA FORUM. MADRID


"En Madrid, en una zona degradada del Paseo del Prado, justo enfrente de la Puerta Real del Jardín Botánico, se conservaba hasta hace muy pocos años el edificio abandonado de la antigua Central Eléctrica del Mediodía, importante ejemplar de arquitectura industrial de finales del XIX. En este lugar, la Obra Social la Caixa decidió asentar el centro cultural Caixa Forum, encargándole el proyecto correspondiente a los arquitectos suizos HERZOG & DE MEURON, Premio Pritzker 2001 (una especie de Premio Nobel de la arquitectura). Como en toda actuación sobre una pieza del Patrimonio Arquitectónico había algunos condicionantes; en este caso la obligación de conservar la fachada de la vieja fábrica por estar catalogada como Bien Cultural.

El resultado final no deja insensible al espectador; pero la impresión es muy distinta de la que puede causar el Gughenheim de Bilbao, en donde se espera todo y se está dispuesto a “recibir” todo.
Y muy distinta, también, de la rehabilitación que los mismos arquitectos hicieron para la Tate Gallery, en Londres, de la Sala de Turbinas de otra central eléctrica abandonada.

El proyecto Madrid suscita reacciones que van desde la fascinación a la perplejidad. La fascinación llega desde la fachada neomudejar, exquisitamente restaurada, desde la decoración de sus ventanas y desde su bellísima cornisa. Y llega también desde la solución estructural que hace levitar al edificio sobre el terreno. Interiormente, esta fascinación se acomoda en los espacios expositivos, en las escaleras de mármol y de acero inoxidable, en las celosías de la planta superior, donde se ubican la cafetería y el restaurante.

La perplejidad nace en el tratamiento dado a un edificio histórico que ha tenido que ser conservado y rehabilitado para un uso distinto del original. La fachada no se ha conservado en su integridad puesto que se ha eliminado el zócalo de piedra que soportaba los lienzos de ladrillo porque, al parecer, “no tenía valor”, como si el sostener la fachada no fuera poco, como si el carácter tosco (aunque un algo renacentista en su almohadillado), casi ciclópeo de los sillares no tuviera un valor siquiera industrial. Pero al eliminar ese basamento para conseguir el efecto de levitación la fachada pierde su valor estructural mientras que su otra función, la de cerramiento, se ve cuestionada con el tapiado de sus huecos, con la apertura de huecos nuevos en nada concordantes con los antiguos. La fachada se convierte, aparece en simple telón decorativo.
La perplejidad persiste al advertir que el viejo edificio ha sido vaciado totalmente y se ha “rellenado” con algo que no tiene relación alguna con las fachadas, La prolongación en altura del edificio, a base de unos lienzos de acero corten resulta por un lado un algo desmedida, como si se le hubiera ido la mano al proyectista; pero, por otro lado, enlazan cromáticamente con el ladrillo del Ministerio de Sanidad, con el edificio de Pueblo, con la ampliación del Museo del Prado de Moneo…

































LAS CELOSÍAS
Podríamos considerar el edificio como una metáfora de la Restauración, levitando en busca de la excelencia de la memoria que pretende conservar; pero abrumado por la tentación de lo contemporáneo en form
a de un “sombrero de copa” de acero. Pero también puede ser una metáfora del valor contradictorio del ladrillo, convertido aquí en la que algún crítico ha calificado como “caja de acontecimientos arquitectónicos”.
El mismo crítico duda si el particular tratamiento de la fachada es un homenaje a un material constructivo que ancla sus raíces en la antigua Mesopotamia o “lo convierte definitivamente en un despojo”


Al cabo, el espectador rodea inquieto el edificio, pasea por la plaza “edificada”, se pregunta si un jardín puede ser vertical y acaba refugiándose en la luminosidad de las escaleras y en el sosiego de los espacios para acabar descansando un rato entre las celosías conventuales de la plana superior… divagando sobre todo lo anterior. Una suerte de emoción que redime al edificio de sus contradicciones".
Bernardo de Sens
“CaixaForum parece flotar como una nube –indica Jacques Herzog–, pero lo significativo es que atrae a los paseantes hacia su interior, como si fuera un imán.” “Hemos logrado –agrega Harry Gugger, socio de Herzog & De Meuron y encargado de la dirección de esta obra, como en su día lo fue de la Tate Modern– un edificio con cualidades cívicas, que invita al diálogo y la cultura. Ese era nuestro objetivo, y creo que lo hemos alcanzado con creces.”

LAS ESCALERAS

El espacio interior es una caja de sorpresas que juega con materiales y formas.

Escalera de chapa metálica, de la entrada principal, con figuras geométricas.
La escalera interior con estructura helicoidal
EL JARDÍN VERTICAL DE PATRICK BLANC
Se ha decorado con una “pared vegetal” el lateral de uno de los edificios adyacentes, que quedó al descubierto al ser desmantelada la gasolinera que antes se ubicaba en el lugar donde ahora ha nacido una pequeña plazoleta que hace de antesala al Caixa Forum.

"Las plantas no necesitan tierra, sólo agua, minerales, luz y dióxido de carbono". A partir de tan sencillo axioma, Patrick Blanc construyó por primera vez un jardín vertical en 1988, concretamente en el museo de La Villette de París. Su invento está presente hoy en ciudades de todo el mundo: París, Bruselas, Nueva York, Osaka, Bangkok, Nueva Delhi y Génova, por citar algunas. El de CaixaForum Madrid no es sólo el primero instalado en España, sino también el mayor que se ha implantado hasta la fecha en una fachada sin huecos, pues ocupa una superficie vegetal de 460 m². El resultado lo compone una sorprendente "pintura viviente" multicolor que, más allá de su atractivo estético, actúa como un eficaz agente medioambiental. El jardín vertical dibuja un impresionante tapiz natural formado por 15.000 plantas de 250 especies, que han transformado en un sorprendente jardín una de las medianeras que delimitan el espacio urbano de CaixaForum Madrid.


Para más información sobre este artista-botánico-jardinero se puede vistar su web.

LOS ARQUITECTOS
Jacques Herzog y Pierre de Meuron fundaron el estudio en 1978. Harry Gugger y Christine Binswanger se incorporaron a éste en calidad de socios en 1991 y 1994, respectivamente. La sede principal del estudio se encuentra en Basilea, si bien existen actualmente oficinas satélites en Madrid, Pekín, Londres, Nueva York, Munich y San Francisco.

Herzog & de Meuron han llevado a cabo una serie de edificaciones museísticas reconocidas internacionalmente, como la Colección Goetz, en Munich; el Museo Küppersmühle, en Duisburg, o, su diseño más conocido, la Tate Modern en Londres, para la Fundación Emmanuel Hoffmann en Basilea.

4 comentarios:

Lucie G dijo...

Me encanta este conjunto arquitectónico. Es muy curioso ver la foto de la central eléctrica hace unos años, ni siquiera la recuerdo!
Saludos

Antonio Martínez dijo...

Outra entrada magnífica e moi completa. Non pode ser comparada a CaixaForum cos outros grandes centros da arte do seu contorno pero si que destaca enormemente entre as fundacións culturais en Madrid. Dentro dunha semana volvei visitala.
saúdos

Ana dijo...

Creo que la zona se revalorizó porque el lugar estaba degradado y la intervención amplía más, si cabe, el interés de esa enorme zona cultural del Prado, el Reina Sofía y el Thissen (tres ámbitos poco superables).
Yo también espero volver pronto.

Ana dijo...

Lucie: no me extraña que no te acuerdes de la antigua central eléctrica...pasaba desapercibida. No cabe duda de que se creó un rincón bastante más atractivo y lleno de posibilidades culturales.

Por cierto ¿que pasó con la vaca que decoraste para la Cow Parade?
Saludos

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