martes, 13 de enero de 2009

BRUEGHEL DESDE LA MIRADA DE ARNOLD HAUSER

BRUEGHEL Y EL MANIERISMO

















BRUEGHEL Y EL MANIERISMO

Brueghel parece a primera vista que tiene poco de común con la mayoría de los manieristas. Faltan en él los "tours de force", las finezas artísticas, las convulsiones y contorsiones, la arbitrariedad de las proporciones y los antagonismos en la concepción espacial. Parece, especialmente cuando se atiene uno a los cuadros campesinos de su último período, que es un robusto naturalista, que no se acomoda en absoluto al marco del Manierismo problemático e intelectualmente escindido. La imagen del mundo de Brueghel está en realidad tan rota, y su sentido de la vida es tan poco ingenuo y tan poco espontáneo como en la mayoría de los demás manieristas. Carece de ingenuidad no sólo en cuanto a lo reflexivo, en lo que carecen de ingenuidad todas las artes desde el Renacimiento, sino también en el sentido de que el artista ofrece no una representación pura y simple de la realidad, sino su representación consciente y programática, su explicación de la realidad, y de que todas sus obras podrían ser comprendidas bajo el título de "como yo lo veo". Este rasgo es lo radicalmente nuevo y lo eminentemente moderno, tanto en el arte de Brueghel como en todo el Manierismo. Sólo falta en Brueghel el virtuosismo caprichoso de la mayoría de los manieristas, pero no su picante individualismo, no la voluntad de expresarse ante todo a sí mismo, precisamente en forma que jamás se había dado.
..."Nadie olvidará su primer su primer encuentro con Brueghel. Lo característico del arte de otros maestros, principalmente más antiguos, se le ofrece al contemplador sin experiencia previa sólo después de algún ejercicio; generalmente confunde al comienzo las obras de los diversos maestros unas con otras. El estilo de Brueghel es inolvidable e inconfundible aun para los principiantes.
BRUEGHEL Y SU UNIVERSO CAMPESINO

…Se ha llamado al artista el "campesino Brueghel" y se ha caído en el error de pensar que un arte que describe la vida de la pobre gente está destinado también a ella, cuando en realidad la verdad es lo contrario. La copia del personal modo de vida, la descripción del propio contorno social, lo buscan en el arte normalmente sólo los estratos sociales de ideas y sentimientos conservadores, los elementos que están satisfechos de su puesto en la sociedad. Las clases oprimidas y que luchan por ascender desean ver representadas circunstancias vitales que les parecen un objetivo, no aquéllas de las que se esfuerzan por salir".

PROVERBIOS:PASAR POR EL ARO



…”En Brueghel el cosmos está inmanente en los objetos de la más cotidiana experiencia. Es una nueva forma de simbolismo... En el arte medieval el sentido simbólico era realzado con tanta mayor fuerza cuanto más se alejaba la representación de la verdad de la experiencia, cuanto más estilizada y convencional era; aquí, por el contrario, la fuerza simbólica de la representación aumenta con la trivialidad y la naturaleza periférica de los temas. A consecuencia de la esencia abstracta y convencional de su simbolismo, las obras de arte medievales tenían sólo una única interpretación justa; por el contrario, las grandes creaciones artísticas desde el Manierismo tienen, por razón de la vulgaridad de sus motivos, infinitas interpretaciones posibles. Las pinturas de Brueghel, las creaciones de Shakespeare y Cervantes, tienen, para ser comprendidas, que ser interpretadas constantemente. Su naturalismo simbolista, con el que comienza la historia del arte moderno, tiene su origen en el entendimiento manierista de la vida, y significa la completa inversión de la homogeneidad homérica, la escisión fundamental de sentimiento y ser, esencia y vida, Dios y mundo. El cosmos ya no tiene sentido simplemente porque es, como en Homero;
SOBRE LOS CUADROS DE COSTUMBRES
..."El efecto de estos cuadros costumbristas de la vida del campo y de la naturaleza no tenía al principio ningún tono sentimental ni romántico -tal efecto sólo apareció en el siglo XVIII-, sino más bien cómico y grotesco. La vida de las pobres gentes, de los labradores y jornaleros, les causaba a aquellos círculos para los que se hacían los libros de oraciones miniados y los tapices, un efecto de cosa curiosa, de algo extraño y exótico, en modo alguno de algo humanamente próximo y conmovedor".
"Los señores hallaban en las representaciones de la vida cotidiana de estas gentes una diversión como en los "fabliaux" de siglos pasados, sólo que aquéllos, desde el principio, servían de entretenimiento a las clases inferiores, mientras que el consumo de las caras miniaturas y tapices estaba limitado a los más elevados círculos. También los clientes de las pinturas de Brueghel deben de haber pertenecido a los estratos sociales más acomodados y cultos. El artista se estableció, después de una estancia en Amberes, en la corte aristocrática que era Bruselas, hacia 1562-63. Con este traslado experimenta el cambio de estilo decisivo de su última manera y la orientación hacia los motivos de aquellos cuadros de campesinos que sirvieron de base a su gloria".

BRUEGHEL: LA TORRE DE BABEL



Mas Yaveh descendió para ver la ciudad y la torre que los hombres estaban levantando y dijo: «He aquí que todos forman un solo pueblo y todos hablan una misma lengua, siendo este el principio de sus empresas. Nada les impedirá que lleven a cabo todo lo que se propongan. Pues bien, descendamos y allí mismo confundamos su lenguaje de modo que no se entiendan los unos con los otros». Así, Yahveh los dispersó de allí sobre toda la faz de la Tierra y cesaron en la construcción de la ciudad. Por ello se la llamó Babel, porque allí confundió Yahveh la lengua de todos los habitantes de la Tierra y los dispersó por toda la superficie. (Génesis XI, 1-9)


La expansión económica de Amberes trajo consigo un considerable aumento de la población en pocos años, muchos eran extranjeros con lenguas y costumbres extrañas y, sobre todo, religiones diferentes: católicos, calvinistas, luteranos y anabaptistas que hacían de Amberes una ciudad multicultural en la que el entendimiento era difícil. Esta situación impulsó sin duda a Brueghel a inspirarse en el relato bíblico de la Torre de Babel para trabajar sobre el tema nada menos que en tres ocasiones. Hoy en día sólo se conservan dos: La construcción de la Torre de Babel y La pequeña construcción de la Torre de Babel; la primera en Viena y, la segunda en Rotterdam. En ambas obras la torre adquiere proporciones gigantescas respecto a cualquier dimensión humana y la acción se desarrolla no en un tiempo remoto sino en época del artista donde un sinfín de detalles realistas dan buena cuenta de ello: grúas capaces de soportar el peso de grandes piedras, contrafuertes tomados de las catedrales góticas, barracas para cada gremio de trabajadores…
En los siglos XVI y XVII, la representación de la torre de Babel se convirtió en una auténtica moda: no sólo por los paralelismos que ofrecían la transformación de Amberes en una metrópoli internacional y el desmembramiento de la cristiandad a causa de la Reforma; sino más bien por el atractivo que suponía pintar un edificio bíblico tan famoso como si estuviera en algún lugar de Europa occidental, por ejemplo el puerto de Holanda. Ese interés por la realidad era relativamente nuevo en el siglo XVI y divergía considerablemente de la visión cristiana del mundo dominante hasta entonces. A pesar de su “laicización”, el tema conservó el mensaje moral y Brueghel lo pone de manifiesto a través de motivos inusuales. Todo lo que sus contemporáneos veían en el cuadro lo conocían del entorno holandés con dos excepciones: que la torre se elevara por encima de las nubes y el obrero que se postra ante el rey siguiendo una costumbre oriental. A diferencia de otros motivos del mismo (el paisaje, la costa, los barcos, la ciudad, los obreros o las técnicas de construcción), estos dos hacen alusión al orgullo, la arrogancia y el delirio de grandeza de los poderosos. En aquella época los trabajadores peor pagados eran los peones de transporte de material. 
Los picapedreros se encontraban en lo más alto de la jerarquía y Brueghel los representa en el primer plano del cuadro. El rey Nemrod, nieto de Noé y primer gran soberano de la historia de la humanidad, habría de ordenar la construcción de la torre; Brueghel lo representa con el cetro y la corona, los picapedreros se arrodillan ante él. Uno de ellos incluso se postra con las dos rodillas en el suelo, cosa inusual en el siglo XVI por lo menos fuera de la Iglesia. Quien debía entregar algo a los reyes españoles Carlos V o Felipe II de la casa de los Hasburgo, tenía que arrodillarse sólo con una pierna. Brueghel representa aquí un ritual oriental.
Toda la Tierra tenía una misma lengua y usaba las mismas palabras. Los hombres en su emigración hacia oriente hallaron una llanura en la región de Senaar se establecieron allí. Y se dijeron unos a otros: «Ea, hagamos ladrillos y cozámoslos al fuego». Se sirvieron de los ladrillos en lugar de piedras y de betún en lugar de argamasa. Luego dijeron: «Ea, edifiquemos una ciudad y una torre cuya cúspide llegue hasta el cielo. Hagámonos así famosos y no estemos más dispersos sobre la faz de la Tierra»

La bíblica torre de Babel fue en realidad un zigurat, templo babilónico escalonado. En concreto, se identifica con el zigurat del templo de Marduk, en Babilonia. Cuando se levantó el minarete de la aljama de Samarra se hizo con la mirada puesta en las ruinas del zigurat de Marduk. Lo curioso del asunto es que cuando Brueghel "el viejo" quiso representar la torre de Babel lo hizo con un diseño que parece una perfecta síntesis de ambas construcciones, zigurat y minarete, pues de uno conserva la solidez de los niveles superpuestos, mientras que del otro adopta el cuerpo cónico rodeado de la rampa ascendente en forma de hélice, y todo ello vestido con la apariencia arquitectónica del Coliseo romano.

La fuerza simbólica de la hélice es evidente: su utilidad práctica como medio de ascender a la torre representa perfectamente la idea de ascención a los cielos.

Este motivo aparece hacia 1400 en una miniatura parisiense del Libro de Horas del duque de Bedford. Se inspira en modelos orientales (minaretes del Cairo).

"Este tipo de monumento fue adoptado por los pintores flamencos: Gérard Horembout (Breviario Grimani), Pieter Brueghel, Valkenborch. El célebre cuadro de Pieter Brueghel el Viejo (1563) que hay en el museo de Viena, presenta unos detalles iconográficos interesantes: la torre en construcción se eleva a orillas de un ancho río y aunque no haya alcanzado más que siete pisos de altura, se inclina, a la manera de la torre de Pisa, como si estuviera a punto de caer. Brueghel, que había estado en Italia, concibió la torre de Babel como una torre colosal e inclinada. Para indicar la confusión de lenguas, los constructores están señalándose la boca con el dedo, para decirnos que ésta ya no les permite hacerse comprender. Al igual que el templo de Jerusalén y la torre en donde Santa Bárbara estuvo prisionera, la torre de Babel suele ser un pretexto para mostrar la actividad de unas obras en construcción. El tema desaparece casi por completo a partir del siglo XVII". Louis Réau, “La sombra de la Torre”
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miércoles, 7 de enero de 2009

DOMINIQUE PERRAULT


La arquitectura de Dominique Perrault no tiene jerarquías. Para él la arquitectura ya no es una obra de composición, sino una disposición efectiva que involucra por igual a formas, materiales y conocimientos.
TORRES EN EL COMPLEJO URBANÍSTICO DE DONAU-CITY VIENA, AUSTRIA
Se trata de una arquitectura sin referencias que opera en la urgencia, rechaza la historia y reivindica una arquitectura sin estilo, sin definición, que no suponga la existencia de un lenguaje previo. Perrault es autor de obras que no sólo resuelven un programa sino que se convierten en hitos, puntos de referencia de las periferias urbanas, como el Velódromo de Berlín o la Biblioteca de Francia en París, por la que obtuvo el premio Mies van der Rohe europeo de 1997.

Como ocurre con el Land Art, el minimalismo o el arte conceptual, en la arquitectura a escala urbana lo que importa no es tanto la forma sino la posición del objeto en relación con el conjunto. Es más la relación, la tensión y la interacción entre las cosas que la forma de las cosas mismas. Presencia o ausencia de la arquitectura, es un tema de reflexión permanente en el trabajo de Perrault, común a las preguntas de los minimalistas sobre la realidad, sobre la construcción y su eliminación. Así, las respuestas de Perrault responden con arquitecturas simples y rigurosas en dos direcciones complementarias: unas que desaparecen en el paisaje, trabajan el vacío metropolitano sin mimetizarse, conservando el rigor de la geometría; y otras que aparecen como cajas transparentes y perfectas sobre el territorio.
Sus edificios no sólo son sensibles a aspectos de sustentabilidad y medio ambiente, sino que son capaces de monumentalizar la ciudad contemporánea y la periferia metropolitana. Para Dominique Perrault el trabajo más bello del arquitecto consiste en perseguir la desaparición de la arquitectura.

TRIBUNAL DE JUSTICIA DE LAS COMUNIDADES EUROPEAS EN LUXEMBURGO
La tarea del arquitecto, para Perrault, debe generar efectos de espacialidad, debe crear, mediante gestos simples, un orden que rechace toda mediación. La arquitectura debe limitarse a una economía de la disposición en la que el espacio se entienda mediante actos sencillos que Perrault define como incrustar, tejer, incluir, gravar, instalar, fijar, dividir, mezclar, pegar, prolongar, inundar, eliminar.
Para Perrault la vida, la inmovilidad o el silencio son componentes esenciales de la arquitectura. Estos grandes proyectos transfiguran el paisaje en el que se inscriben mediante un trabajo de intervención mínima en relación al vacío y al contexto urbano.
A distancia, la increíble cáscara dorada del teatro de la ópera de San Petersburgo semeja un cuerpo extraño, un invasor que amenaza con devorar a los tesoros arquitectónicos de la ciudad. Pero cuando la mirada se acerca, esta telaraña de metal y vidrio color oro queda al descubierto tal cual es: un atuendo luminoso y transparente, que deja observar desde afuera todo el interior. Y que les regala a quienes están adentro una visión clara del entorno, con sus viejos edificios y el histórico Teatro Mariinsky, del cual está separado sólo por el Canal Kryukov. Aunque es una obra en sí, la ópera representa una ampliación de este símbolo artístico de Rusia. Y ya se la conoce como Mariinsky II.
TEATRO MARIINSKY DE SAN PETERSBURGO
VELÓDROMO DE BERLÍN
La particularidad del proyecto de Perrault reside en haber concebido edificios "escondidos", cuyos volúmenes se integran en el paisaje circunstante casi "de puntillas". El arquitecto francés ha evitado intencionadamente la realización de construcciones demasiado voluminosas, optando por una volumetría y por formas más sumisas, capaces de comunicar la unidad del contexto, en vez de acentuar las diferencias entres las "dos ciudades en la ciudad".

Ni subterráneo, ni totalmente a la vista, el complejo se caracteriza por una ligera elevación que no compromete la relación con el contexto natural y artificial. Sus núcleos esenciales son los dos edificios subterráneos y revestidos por una red metálica de acero que, gracias a sus juegos de luz, crea un efecto muy similar a los espejos de una superficie de agua. Se trata de una solución ya adoptada por Perrault para los contratechos de la Biblioteca Nacional de París. Las redes han sido situadas al mismo nivel que los tragaluces; están divididas en tiras enrollables y están conectadas entre sí mediante una serie de muelles que, al ser móviles, garantizan la posibilidad de un frecuente mantenimiento. Estas redes, fijadas en soportes de acero, tiene un peso tal que no requieren enganches posteriores.

POLIDEPORTIVO EN EL PARQUE DEL RÍO MANZANARES (MADRID)

Dominique Perrault ha diseñado un complejo polideportivo en el Parque del Río Manzanares en Madrid.
Una "caja mágica" cobija el polideportivo multiuso. Este envoltorio se abre y se transforma, permitiendo que el edificio cambie de forma en función de los eventos que se celebran en su interior. La piel del edificio filtra, refleja y es opaca durante el día. Resplandece en la noche.
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martes, 6 de enero de 2009

BNF: EXPOSICIÓN VIRTUAL SOBRE JEAN FOUQUET


BNF: EXPOSICIÓN VIRTUAL SOBRE LA ESTAMPA JAPONESA


Interesantísima exposición de la estampa japonesa, estudio muy completo con obras de los artistas pricipales (KIYONAGA, SHUNSHÔ, SHARAKU, UTAMARO, HOKUSAI, HIROSHIGE)
L’apparition de l’ukiyo-e à l’époque d’Edo par GISÈLE LAMBERT

« Vivre uniquement le moment présent, se livrer tout entier à la contemplation de la lune, de la neige, de la fleur de cerisier et de la feuille d’érable […], ne pas se laisser abattre par la pauvreté et ne pas la laisser transparaître sur son visage, mais dériver comme une calebasse sur la rivière, c’est ce qui s’appelle ukiyo. »
Histoire d’une collectionEstampes et livres illustrés de l’art ukiyo-e du département des Estampes et de la Photographie par GISÈLE LAMBERT
Les estampes japonaises, si attrayantes, apparues au XVIIe siècle importées du Japon en quantité, ont été "découvertes" au cours du XIXe siècle par un grand nombre de collectionneurs, artistes, critiques d’art, marchands occidentaux, conservateurs des collections publiques. Tout commença lorsque le Japon « s’ouvrit au monde », après deux siècles et demi d’isolement.

http://expositions.bnf.fr/japonaises/index.htm

domingo, 4 de enero de 2009

DOMINIQUE PERRAULT: BIBLIOTECA NACIONAL DE FRANCIA



La historia de la Biblioteca Nacional Francesa, que tiene su origen en la que Carlos V construyó en el Louvre, está marcada por las múltiples mudanzas que ha sufrido a lo largo de los siglos. Fue trasladada primero a Blois y luego a Fontainebleau, para regresar a París en 1568. Su apertura al público, en 1692, no consiguió detener sus constantes viajes y los cambios políticos en Francia la afectaron de una manera muy directa. Inicialmente la institución tuvo carácter de nacional, pero, posteriormente, se convirtió en biblioteca imperial y, de nuevo, años después, volvió a su primera denominación. Durante la Revolución Francesa, sus fondos aumentaron gracias a las colecciones confiscadas por el gobierno, procedentes fundamentalmente de abadías, colegios y universidades clausuradas. El 14 de julio de 1988, François Mitterrand anuncia la construcción y la organización de una de las más grandes y más modernas bibliotecas del mundo. Deberá cubrir todos los campos del conocimiento, estar en la disposición de todos ellos, utilizar las tecnologías más modernas de transmisión de datos, poder ser consultada a distancia y ponerse en relación con otras bibliotecas europeas.

Hace algunos años la Biblioteca Nacional de Francia fue noticia: uno de sus conservadores robó una biblia hebrea del siglo XIII y la vendió por 231.000 euros en una subasta celebrada por Christies en Nueva York. Más tarde, el comprador, el coleccionista Joshef Goldman, decidió devolver el manuscrito tras llegar a un acuerdo con la biblioteca.
El proyecto arquitectónico es de DOMINIQUE PERRAULT. La nueva Biblioteca Nacional Francesa abre al público el 20 de diciembre de 1996 y, después de la mudanza de la sede mayor de las colecciones de la calle Richelieu, acoge a los investigadores en octubre de 1998.

Simboliza unos libros abiertos, sus cuatro torres de vidrio y acero de 80 metros de altura, se alzan hoy al borde del río Sena, en la ribera izquierda al sur de Paris.
En Tolbiac, la Biblioteca François-Mitterrand ocupa una ubicación de 7,5 hectáreas para una explanada de 60 000 m². Tiene cuatro grandes torres angulares de 79 m cada una que corresponden simbólicamente a cuatro libros abiertos. Cada torre lleva un nombre:
Torre de los tiempos
Torre de las leyes
Torre de los números
Torre de las cartas
El centro del edificio está ocupado por un jardín de 12.000 m² cerrado al público. Bajo este nivel se encuentran todavía dos niveles utilizados, de los que más bajo está ocupado por una calle interior destinada a la circulación de los vehículos (en particular los vehículos internos en el BNF y los que vienen para entregar el depósito legal). El conjunto de las superficies construidas representa 2.900.000 m².
UNA METÁFORA VISUAL Los cuatro libros abiertos en los extremos de la Biblioteca son como hitos urbanos, señales metropolitanas cargadas de información con todas las palabras y todos los libros. La Biblioteca de Francia es más un lugar que un edificio, es un trabajo sobre el vacío, lujo absoluto en la ciudad. Toyo Ito hace una interesante analogía entre la Biblioteca de Francia y los templos sintoístas japoneses, donde el lugar de culto se distingue simplemente por cuatro troncos pulidos que enmarcan un lugar vacío. Así, Perrault propone en la memoria del proyecto la creación de un lugar, más que un edificio. Vacío que se convierte en bosque en el patio hundido central, como representación y reconquista de la naturaleza a la expansión metropolitana y como símbolo y origen: tronco, madera, papel y libro.

DOMINIQUE PERRAULT
El niño bonito de la era Mitterrand ha entrado en el Centro Pompidou. Construyó la Biblioteca Nacional de Francia como una no-arquitectura, y es el primer arquitecto que no posee el Premio Pritzker al que el museo parisiense rinde homenaje.

No tenía treinta años cuando en un París que celebraba la arquitectura elegantemente moderna de Jean Nouvel, DOMINIQUE PERRAULT (CLEMONT FERRAND, 1953) se convirtió en el elegido de los dioses políticos. Ganó el concurso para levantar la Biblioteca Nacional de Francia y supo hacerse un hueco en la esfera internacional compartiendo el cupo de franceses elegantes. Con el tiempo, ha sabido desvincularse de esa única etiqueta gracias a su habilidad con las mallas metálicas, a su moderado número de proyectos y, sobre todo, a la variedad de sus respuestas y la evolución de sus propuestas. Eso le ha permitido mantener la carta de la intriga, vital porque evita el encasillamiento de los profesionales.
Perrault se ha destacado como una de las prometedoras figuras de la escena arquitectónica contemporánea, tras adjudicarse el concurso para edificar la Biblioteca Nacional de Francia (1989 – 1995). Esta obra es quizá el trabajo que mejor sintetiza la propuesta creativa de este arquitecto: "El principio de la arquitectura es responder al principio de la realidad, ser operativa" (Perrault). Sus proyectos se caracterizan por la ausencia de decoración, la importancia otorgada al entorno urbano y una inclinación por la utilización de superficies metálicas, muros de concreto y de cristal, este último muy empleado ya que en su idea de anti-arquitectura, permite hacer traslúcidos y ligeros a los edificios de gran volumen.


La Biblioteca Nacional de Francia también conocida como Biblioteca Nacional de París; y cuyo acronimo es BNF, es una de las bibliotecas más importantes de Francia y del Mundo. Tiene el estatuto de establecimiento público. Sus actividades son repartidas entre diferentes ubicaciones, la principal es la sede François Mitterrand, situada en el barrio de Tolbiac, en el XIII distrito, en la orilla sur de París.
Sus colecciones físicas son estimadas en treinta millones de volúmenes pero también es ampliamente conocida por Gallica, su biblioteca digital.
Un decreto del año 1537, que sigue aún en vigor, exige que la Biblioteca Nacional de Francia guarde un ejemplar de todas las obras publicadas en Francia. Actualmente, alberga en total más de 10 millones de libros y 350.000 volúmenes encuadernados de manuscritos, además de colecciones de mapas, monedas, documentos, estampas y registros
sonoros.
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VISITA VIRTUAL A LA EXPOSICIÓN SOBRE BESTIARIOS MEDIEVALES EN LA BNF

 http://expositions.bnf.fr/bestiaire/expo/index.htm

sábado, 3 de enero de 2009

LA VANGUARDIA HISTÓRICA Y LA GRAN GUERRA

La mecanización y el dinamismo inducido por la máquina en la vida moderna ocupa como objeto estético de la nueva civilización un lugar central en algunas de las manifestaciones de la vanguardia histórica, como característicamente es el caso del futurismo. El estallido de la Primera Guerra Mundial puso al descubierto la fuerza destructora de la máquina, al tiempo que la exploración artística de la mecanización celebraba las cualidades estéticas de ese mismo agente del fervor marcial.
Con el idioma pictórico del cubismo como principal punto de partida, se desarrolló un lenguaje heráldico en torno a 1914 que daba pábulo al militarismo y a la insurgencia patriótica. Con diversas obras que podemos ordenar en el género de las naturalezas muertas se presenta en esta sección esa transformación del cuadro en proclama, en ofrenda heráldicaEstas obras no documentan acontecimientos, lo que hacen es transmitir la celebración de una fiesta patriótica.
Este cuadro estaba en su caballete cuando cerró su taller para alistarse en el ejército.
FERNAND LÉGER: “El 14 de julio”

MANIFIESTO FUTURISTA
¡A los artistas jóvenes de Italia! El grito de rebelión que lanzamos, asociando nuestros ideales a los de los poetas futuristas, no parte de una capillita estética, sino que expresa el violento deseo que hierve hoy en las venas de todo artista creador.Nosotros querremos combatir encarnizadamente la religión fanática, inconsciente y snob del pasado, alimentada por la existencia nefasta de los museos. Nos rebelamos contra la supina admiración de las viejas telas, de las viejas estatuas, de los objetos viejos y contra el entusiasmo por todo lo que está carcomido, sucio, corroído por el tiempo, y juzgamos injusto y delictivo el habitual desdén por todo lo que es joven, nuevo y palpitante de vida.¡Compañeros! Nosotros os decimos que el triunfante progreso de las ciencias ha determinado en la humanidad cambios tan profundos que ha abierto un abismo entre los dóciles esclavos del pasado y nosotros, libres y seguros de la radiante magnificencia del futuro.Nosotros estamos asqueados de la pereza vil que, desde el siglo XVI, hace vivir a nuestros artistas de una incesante explotación de las glorias antiguas.Para los demás pueblos Italia sigue siendo una tierra de muertos, una inmensa Pompeya blanqueada de sepulcros. Pero Italia renace, y a su resurgimiento político sigue el resurgimiento intelectual. En el país de los analfabetos se multiplican las escuelas: en el país del dolce far niente rugen ya innumerables fábricas: en el país de la estética tradicional alzan el vuelo inspiraciones fulgurantes de novedad.Sólo es vital el arte que encuentra sus propios elementos en el ambiente que lo circunda. Así como nuestros antepasados hallaron materia de arte en la atmósfera religiosa que dominaba sus almas, nosotros debemos inspirarnos en los milagros tangibles de la vida contemporánea, en la férrea red de velocidad que abraza la Tierra, en los transatlánticos, en los acorazados, en los vuelos maravillosos que surcan los cielos, en las audacias tenebrosas de los navegantes submarinos, en la lucha espasmódica por la conquista de lo desconocido. ¿Y podemos permanecer insensibles a la frenética actividad de las grandes capitales, a la psicología novísima del noctambulismo, a las figuras febriles del vividor, de la cocotte, del apache y del alcoholizado?Como queremos contribuir a la necesaria renovación de todas las expresiones de arte, declaramos la guerra, resueltamente, a todos los artistas y a todas las instituciones que, aun camuflándose so capa de una falsa modernidad, siguen atascados en la tradición, en el academicismo y, sobre todo, en una repugnante pereza cerebral...
Tomado de Mario De Micheli. Las vanguardias artísticas del siglo XX. Madrid. Alianza Editorial, 1988
LUDWIG MEIDNER:“La casa de la esquina”, 1913
Muestra una construcción inestable y parece que es una premonición de lo que ha de convertirse en ruina.
Futuristas y patéticos compartían el espíritu revolucionario, pero se diferenciaban en que mientras los primeros exaltaban las virtudes del progreso, los segundos veían en ello una amenaza para la sociedad.
El trabajo de decenas de autores encuadrados en la principales corrientes del arte nuevo reunidos en esta exposición mostrará, entre otros asuntos, la misión profética que asumió el arte de vanguardia en relación a los acontecimientos que van a determinar su crisis, la capacidad de los nuevos lenguajes artísticos para convertir sus representaciones en divisa visual del belicismo, las diversas derivaciones de una escritura apocalíptica que emerge y muere en ese periodo, o la posición de denuncia ante el disparate de la contienda que asumieron también algunos artistas.
“En nuestra época, la de la gran lucha por el arte nuevo, combatimos como salvajes, como no organizados contra el viejo poder organizado. La lucha parece desigual; pero en los asuntos espirituales nunca gana el número sino la fuerza de las ideas.
Las temidas armas de los “salvajes” son sus nuevos pensamientos; matan mejor que el acero y quebrantan lo que se tenía por inquebrantable”
FRANZ MARC: almanaque “Der Blaue Reiter”
Franz Marc se alistó en el ejército como voluntario y murió en 1916 en Verdún. Una granada les alcanzó a él y a su caballo durante una expedición de reconocimiento. En las trincheras fue recogiendo reflexiones que tras su muerte se publicaron con el título de “Los cien aforismos. La segunda visión”
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LA VANGUARDIA A CABALLO

En la iconografía de la vanguardia el tema del jinete y el caballo aparece frecuentemente. El caballo y su fuerza de avanzada se convierten en metáfora del avance del arte nuevo.
Der Blaue Reiter, El jinete azul, es el nombre del almanaque que publicaron Wassily Kandinsky y Franz Marc y del grupo constituido por ellos en 1911. El hilo conductor del primer almanaque era el tema del caballo y de los santos caballeros.

El arte joven, tan expuesto a la opinión pública como concernido por ella en un periodo de extraordinaria renovación como lo fueron los primeros años 1910, vio, por así decir, la imagen de su entusiasmo emulsionada en la movilización bélica. Las adhesiones de la cultura al enfrentamiento fueron múltiples y se produjeron desde
todos los sectores, pero sólo quienes participaban de la experiencia del arte emergente portaban como seña de identidad el distintivo de cultura de vanguardia. 
“Volvía de mis bosquejos, enfrascado en mis pensamientos, cuando, al abrir la puerta del estudio, me vi de pronto ante un cuadro de belleza indescriptible e incandescente. Perplejo, me detuve mirándolo. El cuadro carecía de todo tema, no descubría objeto alguno identificable y estaba totalmente compuesto de brillantes manchas de color. Finalmente me acerqué más y sólo entonces reconocí lo que aquello era realmente: mi propio cuadro puesto de lado sobre el caballete[...] Una cosa se me hizo manifiesta: que la objetividad, la descripción de objetos, no era necesaria en mis pinturas y, en realidad, las perjudicaba”.KANDINSKY
WASSILY KANDINSKY, Lírico, 1911
Tema recogido del relato de Gustave Flaubert “La leyenda de San Julián el Hospitalario”, publicada en 1877 y traducida al alemán en 1913.
Es la historia de un niño cruel con la naturaleza y los animales, y al que un ciervo vaticina que asesinará a sus padres. Cuando la tragedia ocurre el joven Julián se dedica a dar servicio a los demás para purgar su culpa. Marc recoge esta leyenda y la lectura que propone de ella es que la ruptura con el pasado inevitablemente va unida a una experiencia trágica.
FRANZ MARC: “San Julián el Hospitalario”, 1913
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Pocos acontecimientos históricos tuvieron una capacidad de determinación tan fuerte sobre la trayectoria de las primeras vanguardias artísticas como la guerra de 1914. El periodo inmediatamente anterior al estallido de la contienda coincidió con el de máxima vitalidad de los movimientos de vanguardia, en cuya voluntad de insurrección se anticipaba la militancia belicista por la que se pronunció una mayoría de los artistas del momento.
Por otro lado, la experiencia de la Gran Guerra incidió poderosamente sobre el trabajo de muchos de ellos, no sólo como tema de sus obras, sino también como realidad que ponía de relieve contradicciones internas en el ideario de la modernidad del que participaban sus obras.
Con cerca de 180 obras, esta exposición contempla el desarrollo del arte nuevo internacional, aproximadamente entre 1913 y 1917, reflejando a través de la obra de decenas de autores de los principales movimientos artisticos del momento –expresionismo, cubismo, futurismo, vorticismo, primera abstracción...– este conflictivo período de las vanguardias artísticas.



Al igual que en la poesía se mencionaba a los muertos a modo de dedicatoria, la heráldica hacía lo mismo pero en pintura. Las obras de Hartley son como naturalezas muertas. Este pintor norteamericano llegó a Europa en 1912 y vivió primero en París y luego en Berlín. Apasionado del mundo militar alemán, recibió con entusiasmo el inicio de la contienda. Pero la guerra le trajo la pérdida de su amante, un oficial del ejército alemán muerto en el campo de batalla. El impacto de esta pérdida es el motivo que le impulsa a la creación de estas obras. En ambas la figura humana está ausente, pero la composición está saturada del color de las condecoraciones, galones, banderas, insignias y otros elementos propios de la heráldica. La Cruz de Hierro que recibió a título póstumo su pareja es el centro de estas piezas.
Las formas se distribuyen en el espacio sobre un plano como en el cubismo.
Este período se rige por la estética de la desaparición, las imágenes de la realidad dejan paso a la abstracción, y asistimos a una guerra de situaciones, de mapas, en los que la batalla es una línea y el campo de batalla una serie de líneas de fuerza. La guerra de trincheras no presenta escenario, no hay posibilidad de una visión de conjunto de la batalla.
Una de las últimas obras que realizó Kandinsky en Múnich antes del estallido de la guerra. En ella los colores chocan, se empujan y luchan por ganar espacio. Aunque en esta obra Kandinsky se ha liberado totalmente de toda referencia al mundo de las apariencias, existe un dibujo preparatorio a tinta (Lenbachhaus, Múnich) en el que se pueden apreciar ciertas referencias a formas visibles. Dos pequeñas barcas con gente, abajo a la izquierda, junto a una zona de olas, que podían aludir a algún cataclismo o algún tema apocalíptico; unas líneas verticales a la derecha, que podían ser figuras esquematizadas.
WASSILY KANDINSKY: Pintura con tres manchas, 1914

PAUL KLEE: Pájaros tirándose en picado y flechas, 1919 MARC CHAGALL: Recluta-guerra, 1915
Giacomo Balla participó en una manifestación el 11 de abril de 1915 a favor de la entrada de Italia en la guerra, en la que fue detenido.
Esta obra es un buen ejemplo del espíritu de exaltación de los futuristas que contagiaba sus obras. Los colores que utiliza son los de la bandera italiana. El centro de la composición está ocupado por una “cinta de Moebius” (símbolo del infinito).
En su “Manifiesto sobre el color” Balla decía “la pintura futurista italiana, que es, y debe ser cada vez más una explosión de color, no podrá ser sino jovialísima, audaz, aérea, limpiada con lejía eléctrica, dinámica, violenta, intervencionista.
GIACOMO BALLA: Manifestación patriótica, 1915

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