"Chica con guantes", 1930 |
La obra fundamental de TAMARA DE LEMPICKA, se desarrolla en el PERÍODO DE ENTREGUERRAS (entre 1920 y 1939), en un estilo que no se puede incluir dentro de las vanguardias dado que estas suponen una ruptura con el arte anterior mientras que el Art Déco, que la artista desarrolla, supone una evolución a partir del Art Nouveau.
ART DECÓ
Término descriptivo que se aplica a un estilo de arte decorativo
que se extendió por toda Europa y Estados Unidos durante la década de los
veinte y los treinta. El punto álgido del Art Decó fue en el periodo entre las dos guerras mundiales y unió a todas las artes
(decorativas, gráficas, arquitectura, joyería, escultura, pintura, cine…). Un
estilo clásico, simétrico y rectilíneo que alcanzó su mayor apogeo entre 1925 y
1935, pero que hunde sus raíces en movimientos anteriores como el cubismo y el
futurismo, así como en la influencia de la Bauhaus.
“Portrait of Mrs. Boucard”, 1931 |
“Retrato de Madame Allan Bott”, 1930
|
TAMARA DE LEMPICKA, artista libre tanto en el arte como en la vida. Su arte con un estilo
inconfundible supuso toda una revolución. En 1925 se realiza la primera exposición de Art Decó en París.
Tamara se convierte en un icono del art decó.
"DUQUESA DE LA SALLE", 1925 |
TAMARA DE LEMPICKA EN PARÍS (1918-1929)
Al término de la Primera Guerra Mundial, y con la destrucción de
los grandes imperios europeos, París se convirtió en un lugar de encuentro y de
nuevos comienzos para artistas e intelectuales de todo el mundo, que vivieron
una etapa de efervescencia inigualable en lo que fueron denominados “Los años
locos”.
La artista se marcha a París en 1918 huyendo de la
Revolución Rusa. Recibió clases de arte de los pintores Maurice Denis
y André Lhote en la Academia de la Grande Chaumiere en Montparnasse.
Expone en el Salón de Otoño de 1922 y en 1925 ya es una
celebridad emblemática del ART DÉCO.
Retrato del marqués d'Aflitto |
RASGOS ESTILÍSTICOS
Lempicka nunca pretendió realizar una ruptura brusca con el
pasado. Su obra surge por evolución a partir del Art Nouveau. Por eso, a pesar de su
originalidad no se puede encuadrar dentro de las rupturistas vanguardias. La
artista intenta combinar tradición y modernismo. Dedicó bastante tiempo
al estudio y conocimiento del arte renacentista. En su obra se percibe
la influencia de Ingres. También de Botticelli y el Manierismo en general.
FORMAS, COLORES Y COMPOSICIÓN
Retratos femeninos y desnudos de ambos sexos, siempre
sensuales, distantes y poderosos. Sus modelos, arropados por seductoras
luces y texturas, llaman
nuestra atención, pero rehúyen la mirada con una actitud arrogante y
misteriosa.
Cuadros de grandes
dimensiones, colores de tonos metalizados, fríos, brillantes, planos,
sin gradación tonal y con un claroscuro que aporta dramatismo. Formas geometrizadas que
evocan el cubismo, simplificadas, tendentes a la abstracción.
Las mujeres que pinta son estilizadas pero con un peso y
solidez que le dan carácter escultórico y un cierto clasicismo.
La pose lánguida de esas mujeres contrasta con las máquinas
o rascacielos que aparecen en las obras, son un ejemplo de mujer de vanguardia,
independiente y sexualmente liberada.
Las obras de Tamara de Lempicka son reconocibles a primera vista, su
estilo muy personal, único. Influyó en movimientos artísticos como
el Pop Art y el Comic.
Tamara de Lempicka admiraba el
Renacimiento y a los maestros de este periodo, por lo que dedicó bastante
tiempo a su estudio y conocimiento. Este hecho quedo claramente reflejado en su
obra y en la perfección de los detalles que representa en cada una de
ellas.
Trás la I Guerra
Mundial, Estados Unidos experimentó un período de prosperidad económica entre
1922 y 1929.
Al ritmo de estos cambios profundos, el mundo del arte evoluciona.
Los felices años 20 alejan el fantasma belicista y crean un
clima de frivolidad y lujo en torno a los principales centros del mundo
artístico. Las élites de la burguesía demandan obras de arte que dejen
constancia de su "status". Escapando del nazismo llega a este
entorno privilegiado una artista singular, Tamara de Lempicka. Su arte, su manera libre de vivir, su personalidad intensa
y una capacidad creativa única, la convertirán en una figura destacada entre
los círculos sociales más poderosos de Nueva York.
"Retrato de su Alteza Imperial el Gran Duque Gabriel", 1926
"Andrómeda", 1927
La pose lánguida de las mujeres contrasta con los rascacielos que
aparecen en las obras.
|
"Compartiendo secretos", 1928 |
En 1929 se autorretrata conduciendo un Bugatti verde (en
realidad tenía un Renault amarillo), con rostro enigmáticamente frío, mirada
perdida, guantes, y pañuelo que podría recordar a la bailarina
estadounidense Isadora Duncan, muerta ese mismo año al
engancharse su largo chal con las ruedas de su Bugatti. Era una portada
encargada por la revista de modas alemana «Die Dame» que quería simbolizar la independencia femenina y que
convirtió a Tamara de Lempicka, en un icono del
diseño, de la sofisticación, del estilo lujoso y decadente de la burguesía.
"Autorretrato en el bugatti verde", 1929 |
Santa Teresa en éxtasis, inspirado en la
escultura de Bernini